Nada En El Espejo

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Parado frente al espejo, me quedé analizando mi completa existencia: ¿Por qué me sentía siempre tan vacío e irreal? Por supuesto que solo mi padre y mis hermanos sabían que yo era gay; nadie en la escuela lo sabía, pero de nuevo, en realidad nadie en la escuela sabía de mi existencia hasta hoy. Era un punto más caminando por los pasillos, un nombre más en la lista de asistencia; eso era todo, el chico nuevo del barrio, el hijo del nuevo jefe de policía, nada más que una sombra detrás de otras personas, nunca una entidad propia, nunca una persona individual.

—"Dorian Gray, no, Dorian Nehouse", dije en voz alta mientras mojaba mi cabello.

¿Pero quien es Dorian Nehouse? Pensé, ¿Quién es él realmente? Por qué al verme al espejo veía a otra persona, no me veía a mí; no sabía quién era ese extraño que me observaba al otro lado del vidrio. La campana de final de clases me sacó del trance en el que estaba, arrastrándome por los pies de vuelta a la realidad. Era hora de mi pelea, ¿pelea? Pensé, ¿Es realmente una pelea si solo soy yo el que resulta golpeado? Probablemente no.

Salí del baño y me dirigí hacia la puerta de la escuela.

—"Hey, niño bonito, en el parque a la vuelta de la escuela, Chad te está esperando", dijo uno de sus simios mientras pasaba un dedo de forma horizontal por su cuello como amenaza.

Por supuesto, no querían que los profesores o el director nos vieran pelear y los expulsaran, punto extra para ellos. Pensé que no eran tan inteligentes. Caminé entonces hacia el parque, y el único pensamiento que cruzó por mi cabeza fue "espero que esto termine pronto porque debo ir por mis hermanos al entrenamiento de soccer".

Llegando al parque vi unos 50 o más alumnos al rededor de la pileta, todos con sus teléfonos en posición para grabar. No tan inteligentes entonces, pensé, los profesores y el director se entrarían de igual forma.

Caminé entremedio de la multitud, todos mostrando cara de simpatía o pena, probablemente en plan "pobre chico, le van a dar una paliza". Pasé por en medio de los populares y Hannah y Sora pusieron sus manos en mis hombros.

—"Ten cuidado, Dorian", dijo Sora con una preocupación que me llegó a conmover. La chica estaba a punto de llorar.

Miré a Daniel, que me guiñó un ojo y movió los labios diciendo "un golpe". Me sentí mucho más presionado al verlo tan tranquilo y confiado. ¿Y si yo no lograba golpearlo? Miré a River y salió a mi encuentro su inconfundible cara de piedra; ese tipo tiene serios problemas, pensé, aún que debe ser buen jugador de póker; esconde mucho y no dice nada.

Llegué al centro finalmente, donde el Simio Alfa golpeaba su pecho y levantaba los brazos como incitando a los presentes a gritar con él, que no les sorprenda saber que muchos sí lo hicieron.

—"Bien, niño bonito, ¿estás listo para la paliza de tu vida?"

—"Como sea", dije encogiéndome de hombros, "Terminemos con esto, debo ir por mis hermanos a su práctica de soccer". Ese era yo, vomitando información innecesaria cuando estaba nervioso para hacerme ver tranquilo.

—"Tomate esto más en serio, pedazo de mierda", dijo con la cara roja y moviéndose con el puño en alto hacía mi dirección.

Llámenlo reflejo, llámenlo suerte, yo le diré "Dorian perdiendo control de su cuerpo" , pero por alguna razón me moví justo cuando venía su golpe, evitando por completo su puño que pasó silbando junto a mi oído.

—"¡No hagas nada que así no puedo pegarte!" respondió notoriamente confundido cuando todos vitorearon mi escape.

—"Oh lo siento, ¿debía ser como tu cerebro entonces?" dije agachándome justo cuando otro puñetazo venía en mi dirección.

Todos comenzaron a reír. Chad se puso rojo de ira y vergüenza y se lanzó encima mío; caímos al piso y me golpeó en la mejilla. El dolor fue totalmente suprimido por mi adrenalina, por lo que cuando intentó golpearme nuevamente moví la cabeza y su puño se estrelló en el pavimento. Soltó un gruñido y me agarró de la polera. Intenté quitármelo de encima, pero pesaba demasiado.

—"Voy a hacer que grites por tu mami, niño huérfano".

Eso fue todo; me enfurecí, la ira llenó todo mi cuerpo y me moví bajo su total control. De un manotazo golpeé el brazo que sujetaba mi polera y con el otro brazo le di un codazo justo en la ceja. Perdió el equilibrio encima mío y logré darle una patada en las costillas, provocando que cayera por completo al piso y saliera de encima mío. Intenté levantarme, pero me sujetó la pierna y entonces le pegué con el pie en la cara provocando que me soltara; logré levantarme y uno de sus simios corrió por detrás mío para atacarme. Cuando oí el golpe en el piso, me di la vuelta y vi al simio en el piso. Daniel acababa de darle el puñetazo de su vida.

—"Vas a ver, niño bonito", dijo Chad mientras se ponía de pie.

—"Se acabó, te dejó en el piso", dijo Daniel de manera imponente mientras se colocaba en medio de los dos. "Son las reglas, ahora vete, al menos que quieras vértela conmigo y River".

Oí a River soltar un sonido entre molestia y protesta. "Pffff" salió de entre sus labios apretados como aire de un neumático.
Chad los miró a ambos y con un gesto de cabeza hizo que sus simios los siguieran, dando media vuelta y caminando fuera del parque.

—"Hey, nada mal", dijo Daniel recuperando su sonrisa mientras me daba la mano y golpeaba mi espalda. "River, viejo, al menos a la otra dame algo de apoyo", dijo simulando estar dolido.

—"No me metas en estupideces", dijo mirándome con desdén y dándome la espalda. "Solo defiendo a quién vale la pena".

—"No le hagas caso, estuviste increíble", dijo Daniel guiñándome un ojo.

—"Oh Dorian, ¿estás bien?" dijo Sora corriendo hacia mí. "Tu mejilla está roja"

—"Eso se te va a poner morado, campeón, más vale que le pongas hielo", dijo Daniel mientras pasaba su brazo por encima del cuello de Hannah.

—"Me alegro que estés bien, Dorian, tengo una crema para eso, si quieres te la puedo llevar a tu casa más tarde", dijo Hannah sonriendo.

—"No es necesario", respondo.

—"Claro que sí, me defendiste hoy y no tenías por qué", dijo con los brazos en la cadera como protestando.

—"Bien" dije, "lo apreciaría entonces".

—"¿Vives en Blue Drive, cierto?" Pasaremos a verte por la tarde". Dijo Daniel.

—"Sí, 1610 de Blue Drive, ¿Cómo sabes donde vivo?", pregunté.

—"Bueno, tu padre es el nuevo jefe de policía, además este no es un pueblo muy grande que digamos", dijo Sora, encogiéndose de hombros.

—"Bienvenido a Silver Town, el pueblo más chismoso, elitista y religioso que conocerás", dijo Hannah alzando sus brazos hacia el cielo mientras sonreía.

—"Como sea, tengo que llevar el Jaguar al mecánico; los veo mañana", dijo River, marchando sin esperar respuesta.

—"¿El Jaguar?" pregunté con incredulidad.

"Su auto, un Jaguar F-Type negro, probablemente lo has visto por ahí", dijo Daniel.

—"Creo que sí" respondí recordando que la semana pasada casi me atropelló ese auto.

—"¿Bien, ya es hora de ir a casa, te llevamos a alguna parte?"

—"No, estoy bien, caminaré", respondí.

—"Bien te vemos en la tarde, cuando veas llegar al Dodge Challenger, el último modelo azul más sexy que hayas visto en tu vida, ese soy yo", dijo Daniel guiñando un ojo y dando la vuelta para irse.

—"¿Dorian? Este es mi número, llama si necesitas algo. ¿Sí?, no tengo un Challenger o un Jaguar, pero mi Audi igual es una belleza", dijo Sora entregándome un papel arrugado y corriendo tras Daniel y Hannah.

Vaya día, pensé, al menos creo, que tengo amigos ahora... Supongo que eso es bueno ¿no?
Saqué mi teléfono del bolsillo y me puse los auriculares; "We are the champions" de Queen era la canción adecuada para la ocasión.
Me dirigí al campo de soccer de Silver Town, debía recoger a mis hermanos y sería muy divertido explicar a mi papá por qué tenía un moretón en la mejilla, el que, por cierto, me recordaba su constante existencia ahora que la adrenalina había pasado. El dolor era horrible.

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