—"¿Quieres que le demos su merecido al que te hizo eso?" preguntó Athos, serio.
—"Sería nuestro deber como mosqueteros", respondió Aramis solemnemente.
—"Que va, estoy bien, es importante que sepan que a pesar de que mi cara dice lo contrario en éstos momentos, la violencia no es una buena solución, ¿de acuerdo?"
-"Suena un poco hipocon... Hipopo... "Esa palabra cuando dices algo pero haces lo contrario", dice Aramis arrugando la nariz...
—"¿Hipócrita?", sonreí derrotado; estos chicos son más inteligentes cada día. "Está bien, en esta situación lo hice por defender a alguien; nunca recurran a la violencia al menos que sea estrictamente necesario y aún así si pueden evitarlo, entonces evítenlo, ¿de acuerdo?"
—"Somos mosqueteros, peleamos por nuestro honor", dijo Athos desenfundando una espada imaginaria.
—"Honor y chicas", respondió Aramis recreando el mismo gesto.
—"¿Chicas?" pregunté. "Pero si tienen 5 años", dije riendo.
—"Papá dice que pronto deben empezar a gustarnos las chicas, que tenemos que pensar en chicas".
No pude evitar hacer una mueca y morderme los labios; claro, no quería que, porque yo soy gay, ellos también lo sean. Era estúpido, arcaico, ¡medieval!
—"Escuchen ustedes, piensen en lo que quieran, nadie los presiona, ¿saben? Chicas, chicos, ambos, ninguno, está bien lo que decidan, pero de todas formas aún les queda muchísimo tiempo para decidir, ¿no creen? "
—"Las chicas me dan asco", dijo Athos encogiéndose de hombros.
—"Yo solo quiero ser mosquetero", respondió Aramis levantando el brazo y dando una estocada imaginaria al aire.
—"Eso también está bien", dije revolviéndoles el rubio cabello.
Cuando llegamos a casa, los gemelos se pusieron a hacer sus deberes, mientras en la cocina, yo preparaba los macarrones con queso, sosteniendo una bolsa de maíz congelado contra mi cara. El dolor de la mejilla ya estaba disminuyendo, pero en efecto se había puesto morado y obviamente no pasaba inadvertido; mucho menos, debo agregar; en mi piel tan pálida, parezco muerto, pensé mientras revolvía los macarrones...
—"Rayos, quizás sí soy un intento de crepúsculo", dije en voz alta mirando al vacío.
Reí por la estúpida idea cuando los gemelos bajaron a tropezones la escalera para cenar.
Luego de cenar los dejé ver televisión en el sofá mientras yo lavaba los platos. Estaba terminando cuando sonó el timbre de forma repetitiva e insistente.
—"Yo voy", grité desde la cocina, cuando vi que en realidad los gemelos estaban tan embobados en la película de Harry Potter que ni siquiera habían oído el timbre. "Olvídenlo" dije riendo.
Abrí la puerta y me sorprendí de que realmente estuvieran frente a mí.
—"Hey, campeón, te dije que se pondría morado", dijo Daniel apuntando a mi mejilla.
—"Creo que mi crema te podrá ayudar con eso, de todas formas te ves rudo así, me agrada" dijo Hannah extendiéndome el envase de crema.
—"Gracias", dije en medio de lo que me sorprendió siendo una risa sincera. "¿Quieren pasar?"
"Nah, vamos tarde a lo de River, ¿quieres venir?" dijo Daniel apuntando a su auto.
Bien, definitivamente ese Challenger azul sí es sexy, pensé sonriendo.
—"Paso, debo cuidar a mis hermanos", dije apuntando al sofá.
—"¡Qué ternuras!" dijo Hannah eufórica.
—"Somos mosqueteros, mi lady, no somos ternuras", dijo Aramis detrás mío.
Di un respingo asustado y me di vuelta a verlos. ¿En qué momento se habían levantado del sofá y habían llegado a la puerta? Ninjas, se están volviendo peligrosos, pensé.
—"Ya veo, su hermano dio una gran batalla hoy, espero que sean tan buenos como él" dijo Daniel guiñándoles el ojo.
Miré a mis hermanos que me miraban sorprendidos con gran admiración.
—"Aramis, Athos, vayan al sofá, no es conversación de mosqueteros", dije, realmente no quería que Daniel se pusiera a dar detalles de mi penosa pelea.
—"Bien, te vemos mañana en la escuela, y no escondas ese moretón, se ve sexy, apuesto a que Sora lo amará", dijo Hannah guiñando un ojo y dando la vuelta.
—"¿Qué?" pregunté, pero me hacía señas de que ya se iba.
—"Le agradas", dijo Daniel riendo. "Hey, dame tu teléfono" dijo extendiendo su mano.
—"¿Para qué?" pregunté; ¿acaso la amabilidad había llegado hasta allí y me estaba robando el teléfono?
No seas estúpido, Dorian; eso no tiene lógica, pensé, ya, pero la gente nunca tiene lógica. Saqué mi teléfono del bolsillo y se lo entregué.
—"Gracias por defender a Hannah hoy, me agradas, Dorian, así que este es mi número, si un día quieres salir, solo llama", dijo llamando al número que acababa de digitar. "Bien, ahora yo también tengo el tuyo" dijo entregándome mi teléfono y enseñándome el suyo para que viera mi número en su pantalla.
—"De acuerdo", dije con una tímida sonrisa mientras lo veía marcharse.
No, no es lo que piensan, no me gusta Daniel, tengo claro que tiene novia y no es gay; es solo que es probablemente la primera persona en meses que me trata amablemente, incluso como si yo le importara. Era una sensación agradable. No tenía amigos hace años, desde antes de que mamá muriera y me agradaba este chico. Quería ser su amigo.
Observé en la pantalla de mi teléfono que "Dann😎" aparecía como nuevo contacto. Cerré la puerta y me senté en el sofá individual junto a los gemelos, me puse los audífonos y le puse play a "Wind of change" de Scorpions. Por qué todo sería diferente ahora, las cosas están por cambiar, pensé, solo que no sabía cuánto.
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Shooting Stars
RomanceDorian es un adolescente complicado como muchos otros, pero luego de la muerte de su mamá decide salir del closet lo que causa una ruptura en la relación con su padre, no muchos saben su secreto, pero alguien en la escuela lo descubre y se encarga d...