A veces

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Sabía a la perfección que no sería una misión fácil, pero al menos ya sabía por dónde empezar.

Está vez iba ligeramente más rápido por la carretera; esta vez, a pesar del miedo que me generaba lo que estaba a punto de hacer, también lo esperaba con ansias. Bey tenía razón, no era digno de Theo, yo quería algo mejor para él, pero también quería ser ese algo. Sabía también que Lake tenía razón, ya era hora de dejar de estar vacío, ya era tiempo de encontrarme a mí mismo nuevamente y no podía hacerlo sin enfrentar a esos demonios que me sostenían, aquellos que yo tampoco sabía cómo dejar ir.

La distancia se hacía cada vez más corta y las dudas comenzaron a saltar en mi cabeza, el sudor frío comenzó a recorrer mi espalda y mis manos comenzaron a temblar; no era buena señal... Bajé la velocidad y detuve el Jaguar a un costado del camino. Sentí como mí respiración se agitaba y mis piernas comenzaban a fallar.
Bajé del auto y comencé a caminar de un lado al otro intentando calmar mi respiración, cuando sentí mi teléfono vibrar.

<<¿Ya llegaste?, Bey>>

<<Estoy colapsando en un costado de la carretera>>, respondí.

Entonces entró una video llamada; era Bey; no pude evitar contestar.

-" Te ves horrible, ¿Qué pasó?" Dijo con una cara notoriamente preocupada mientras la cámara se movía como si estuviese caminando, probablemente por los pasillos de la universidad.

-" No sé si puedo hacer esto, Bey, no puedo respirar..."

-"De acuerdo, respira profundo, sé que puedes hacer esto, River, no será fácil, pero sé que puedes, ¿de acuerdo?"

-"Decirlo es fácil..." dije aún hiperventilándome.

—"Bien, olvídalo, solo respira profundo, respira como yo", dijo mientras mostraba una respiración tan exagerada que resultaba ridícula.

-"No está funcionando..."

-"Vamos yo sé que..."

-"¿Con quién hablas?" Escuché en el fondo.

-"Oh... em... bueno... River... no, no, espera", alcanzó a decir antes de que alguien le quitara el teléfono.

-"¡River! Escucha, quería... ¿Estás bien? Dijo notoriamente preocupado.

-"Si...solo... "

-"Estás sufriendo de un ataque de pánico, escúchame, cierra los ojos, ¿sí? Escucha mi voz e intenta respirar profundamente, todo está bien, el peligro no es real, sólo respira, muy bien, lo estás haciendo bien" su voz resultaba sumamente relajante; quería poder abrazarlo en esos momentos. "Hay tres cosas en esta vida que no se pueden esconder, River, el sol, la luna y la verdad, repite conmigo, ¿Qué tres cosas no se pueden ocultar?" Preguntó con calma.

-"El sol, la luna, la verdad", respondí respirando más calmadamente.

-"Muy bien, lo estás haciendo muy bien, continúa respirando y repitiéndolo "

-"El sol, la luna, la verdad... el sol, la luna, la verdad... el sol, la luna, la verdad", dije soltando un suspiro al poder respirar nuevamente.

—"¿Mejor?", preguntó aún preocupado.

—"Sí, ¿Cómo hiciste eso?", pregunté sin entender la calma con la que lo había hecho a través de una video llamada.

-"Sufro de ansiedad desde los 12, tengo un par de trucos que a veces funcionan... ese es un proverbio budista que mamá solía decirme".

-"Gracias Theo..."

-"No hay de que... tú me salvaste de un ataque el otro día, ¿Dónde estás? ¿Quieres hablar de esto?"

-"Yo.... No... estoy viajando a mi pueblo, hay cosas que debo resolver... no estoy seguro cuando vuelva..."

-"Pero volverás ...¿cierto?... es decir... me gustaría que vuelvas y hablemos..."

-"Lo haré... pero ahora debo hacer esto".

-"Está bien... supongo, solo... déjame saber cómo estás, ¿sí? No me asustes así otra vez "

-"Está bien", respondí sin saber qué más decir.

-"Bey quiere su teléfono de vuelta, supongo que me voy... Promete que si te pasa de nuevo o quieres hablar me llamarás ¿si?"

-"Lo prometo", dije sin poder evitar sonreír.

-"Bien... adiós", dijo sonriendo también; esta vez sus ojos también lo hacían.

-"Eso fue extremo, ¿estás bien?" preguntó Beyland volviendo al teléfono.

-"Eso creo... creo que fue algo así como la motivación que necesitaba para continuar... seguiré mi camino si no te molesta".

—"Suerte, viejo, avisa si necesitas algo ... Y bueno... envíale mis saludos", dijo riendo.

—"Idiota", dije riendo también.

Subí al jaguar nuevamente y encendí la radio; debía seguir mi camino, sin importar qué.
Hasta ahora en mi vida era un constante sentir que no valía nada; a veces no quería vivir, a veces no entendía por qué nací, a veces deseaba no existir, a veces no podía respirar y sentía que me ahogaba, pero a veces y solo a veces sentía que las cosas podían ser mejores, a veces sentía que todo podía cambiar y Theo me hacía sentir que era posible, así que no me iba a detener, no ahora.

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