La misión de todo ser humano es encontrar el amor. Nace para sentirse el complemento de alguien más. Lamentablemente no todos vienen al mundo con la misma misión, unos más tienen otra, la de encontrarse a sí mismos.
Chan Gun Sok y Jang Keun Suk, pe...
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EPÍLOGO
MY PRECIOUS
~•~
Su respuesta me había puesto en alerta, me acababa de decir que no recordaba como nos conocimos, inmediatamente se me vinieron las palabras del doctor a la mente cuando dijo que al primer caso de perdida de memoria fuera con él. Esto no podía estar pasando, no ahora que éramos completamente felices.
—¿Jin-Sun?
—¿No me vas a contestar? —. Preguntó sonriente
—¿No lo recuerdas realmente?
—No, creo que no...¿Por qué?
Inmediatamente toqué su frente de una manera tonta, como si de está forma fuera a saber qué sucede, la miré directamente a los ojos.
—¿Te has sentido bien Jin-Sun?
—Si, ¿Por qué?
—¿Ves bien?
—Oppa, ¿Qué pasa contigo?
—¿Por qué me llamas Oppa? Nunca me habías llamado así.
Ella se sorprendió —¿No? Oh, tampoco lo recuerdo.
—Jin-Sun, ¿Que no recuerdas de tu vida?
—Ay, Gun Sok por favor. No te preocupes, seguro simplemente es debido a todo lo que hemos vivido.
—En este momento nos vamos al hospital.
—Por favor, Gun Sok no seas exagerado.
—¡No lo soy, esto no es normal!
—Dame unos días, han sido varias cosas en un sola semana.
—¡Así te tenga que cargar, vamos al hospital!
—Vamos a casa, estoy cansada. Prometo que mañana será diferente.
—Jin-Sun, el tiempo es oro.
—Me siento cansada, quizá solo sea eso.
A ella no parecía preocuparle nada, caminábamos juntos mientras ella admiraba todo a su paso, sus ojos brillaban como nunca antes y aunque quisiera estar completamente tranquilo, las palabras que me habia dicho hace un momento me habían puesto alerta como nunca antes, tenía miedo a todo, las palabras del doctor aparecían en mi cabeza una y otra vez, aunque no estaba seguro de nada, era imposible que hubiera olvidado detalles tan importantes como esos momentos en qué nos conocimos, tenía tanto miedo.
Por otro lado, debía de admitir que ella parecía realmente tranquila, nada le preocupaba y yo no quería hacer nada para molestarla, me iba a encargar de cualquier cosa que estuviera sucediendo, lo prometo.
