La misión de todo ser humano es encontrar el amor. Nace para sentirse el complemento de alguien más. Lamentablemente no todos vienen al mundo con la misma misión, unos más tienen otra, la de encontrarse a sí mismos.
Chan Gun Sok y Jang Keun Suk, pe...
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PARTE ÚLTIMA IT'S IN YOUR EYES
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Dejé de sentir mis latidos cuando vi que ella cayó, inmediatamente sus ojos se cerraron. Sentía que no podía hacer nada, mi cuerpo no se movía en lo absoluto, las patrullas fueron las primeras en llegar. De un momento a otro reaccioné, me levanté y bajé corriendo queriendo llegar volando hasta ella.
Al bajar, muchos policías estaban alrededor de su cuerpo, imaginé lo peor.
—¡Con permiso! —. Grité, los policías intentaban detenerme pero esta vez no iban a a lograr nada.
Llegué hasta ella, me puse de rodillas cargando su cabeza en mis piernas, su cabeza sangraba, sus ojos estaban cerrados.
—¡Por favor I Jin-Sun, no me hagas esto! —. Lloré como nunca antes.
—¡No la mueva! —. Oí decir pero nada de eso importaba.
Toqué su pulso, observé si aún respiraba. En mi corazón alumbró una esperanza al ver qué su pecho subía y bajaba lentamente. Aún no se había ido, aún estaba conmigo.
—¡Llamen a una ambulancia!
—Ya viene en camino —. Alguien me dijo.
No me di cuenta cuando Jun-Soo llegó a mi lado, miró a su hermana en mis brazos, no parecía creerlo, sus ojos estaban sin luz, su hermana, su única esperanza estaba aquí, respirando con dificultad.
La ambulancia llegó, los paramédicos movieron su cuerpo de mi alcancé.
—No, no me separen de ella, sueltenme —. Los policías me sostuvieron al igual que a Jun-Soo.
—Solo uno puede ir —. Dijo uno de los paramédicos.
Su hermano y yo quisimos ser esa persona. Jun-Soo me miró.
—Ve Gun Sok, solo te pido que me mantengas al tanto —. Los policías me soltaron
—Así lo haré —. Entré a la ambulancia.
Mi Jin-Sun tenía puesta una mascarilla de oxígeno, intentaban pararle la sangre que aún salía de la cabeza, mi alma estaba destrozada, el corazón de este cuerpo estaba frente a mí muriendo.
—Las palpitaciones son cada vez más débiles —. Dijo uno de los paramédicos a otro.
Tomé su mano —. Tienes que vivir Jin-Sun, tienes que vivir por tu hermano... Por mí —. Le dije.
No sentí el tiempo pasar hasta que llegamos al hospital. Los paramédicos corrían con la camilla de Jin-Sun, llegado a un punto ellos no me dejaron pasar.
—Por favor, hasta aquí nos puede acompañar —. Me detuvieron.
Ahí me quedé viendo como ella entraba a una gran habitación, si tan solo pudiera dar mi vida porque ella este afuera, aquí conmigo.
