La misión de todo ser humano es encontrar el amor. Nace para sentirse el complemento de alguien más. Lamentablemente no todos vienen al mundo con la misma misión, unos más tienen otra, la de encontrarse a sí mismos.
Chan Gun Sok y Jang Keun Suk, pe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PARTE V IT'S IN YOUR EYES
Capítulo 8
~•~
CHANG GUN SOK
Mi madre frente a mí, se estaba yendo, la persona a la que había evadido por mucho tiempo por no saber perdonar todo el daño hecho, estaba aquí, viendo como una doctora y enfermeras le inyectaban alguna sustancia para que pudiera resistir solo un poco más.
—Mamá —. Murmuré.
Alguien me tomó por detrás, era Jin-Sun, la que siempre había estado a mi lado justo cuando más la necesitaba.
—Gun Sok... Resiste
Tomé su mano, sus ojos estaban hinchados pero está vez no tenía la fuerza para limpiar sus lágrimas.
—Por favor joven Gun Sok, no la haga esforzarse mucho, es lo menos que necesita, quizá verlo aquí fue la impresión más grande —. Me dijo la doctora.
—Esta bien —. Fue todo lo que dije.
Mi madre estaba despertando otra vez, me acerqué a ella a penas la vi.
—¡Mamá! —. La llamé, ella ligeramente sonrió.
—Mi Gun Sok —. Me murmuró acercando su mano hasta mi rostro.
—Aquí estoy mamá, aquí estoy —. Le hice saber.
Estaba tan débil, apenas sonreía, ¿En qué mundo me encerré como para no haberla sacado de aquí, así sea en contra de su voluntad?
—Mi Gun Sok... Lo lamento... Tanto —. Sus ojos casi cerrados dejaron salir una lágrima.
—Shh, no hay nada que perdonar.
—Te destruí obligándote a dividir tu vida y tu cuerpo.
—Eso no importa
—Gracias... A ti... Vi a mi Keun Suk
—¿Ves madre? No fue tan malo —. Sonreí
—¿Hijo? Solo quiero escuchar que me perdonas y después decirme que eres tan feliz a lado... De ella... De Jin-Sun... A la qué toda la vida también le agradeceré.
Sus palabras entraban en mi corazón como cuchillos afilados —. Si mamá... Todo está olvidado. Soy feliz, a lado de ella, de Jin-Sun.
Ella sonrió débilmente —. Hijo, nunca te olvides de mí... Nunca me dejes de visitar.
—No mamá, tienes que recuperarte para que los tres convivamos. Perdóname, perdóname por no haberte buscado... Tienes que vivir.
—Shh, hay alguien más que me espera, estoy tranquila, me has perdonado y yo... Podré irme contenta.
