Colombia:
Fuí la primera en despertar, la noche anterior rendimos varias cobijas y colchonetas en el suelo de la habitación de México, honestamente no recuerdo cómo me dormí, ni en qué momento, solo desperté de mañana acostada “boca arriba”
En realidad estaba más chueca que mi vida y mi conciencia juntas.
Pero en fin, estaba boca arriba, con mi cara mirando a la derecha, mi brazo derecho estirado, tocando los pies de Chile, que estaba al revés, mi otra mano en el pecho de México, mi pierna derecha flexionada y la otra enrollada en las piernas de México, algo raro y curioso.
Traté de quitar mis extremidades de los dos chicos, pero la mano que tenía en el pecho de México captó los suaves latidos de su corazón, reí en voz baja.
Ojalá ese corazón un día llegue a latir por mí.
Me quedé unos segundos viendo dormir al ojiverde, quité mi mano de su pecho, y quité un rulo de su frente, su pecho subía y bajaba lentamente, estaba sentada en mis pies observando a mi mejor amigo dormir, con mucha cautela, admiración, ternura, curiosidad y tal vez, en el fondo, muy en el fondo y en un pequeño espacio de mi alma, amor... No... No amor de amistad, ese pequeño pedacito de amor, era de otra manera...
Me pregunto si podré guardar el secreto mucho tiempo...
— Nop — dijo Chile.
¡Mierda pensé en voz alta!
Volteé lentamente con una mueca de pena, el estaba sentado mirándome con una sonrisa en el rostro y el cabello revuelto.
— ¿Cuánto tiempo me estuviste viendo? — me tapé la cara con ambas manos para ocultar mi sonrojo, abrí mis dedos y por ahí pude ver su semblante burlón
— El suficiente, Col — dijo — Pero tranquila, yo callado — sonrió y se paró lentamente, sus pies descalzos dieron unos cuantos pasos hasta llegar a la puerta del baño, se detuvo y me miró — Te dejo con tu bello durmiente.
Le lancé una mirada asesina, debía callarse la hijueputa trompa o iba a matarlo.
[...]
Bajé a la cocina y volví a hacer café, el mismo café que yo traía cada que venía para tener algo rico de tomar, rato después bajó México todavía durmiéndose.
Quería matar a Chile, el marica dejó que el ojiverde bajara primero para dejarme a solas con él.
— Oh Buenos días chula — me habló bostezando y estirándose.
— Buenos días parce — contesté sonriendo, apagué el fuego del café y tomé nuestras tazas, serví café y miré más allá de la puerta de la cocina, logré ver a Chile espiando en las escaleras, cuando notó que lo ví subió deprisa haciéndome una seña con la mano para decir “Adiós” lo miré mal, pero reí en mis adentros.
Cuando me dí cuenta, México ya había preparado huevo a la mexicana, olía delicioso.
— ¿Y el otro wey por qué no baja? — preguntó México extrañado.
— Ay, créeme que no sé, ese man como que está ido — asentí varias veces nerviosa.
[...]
Pasaron los minutos y Chile bajó a desayunar, puso la mesa y los tres nos sentamos a desayunar, bromeabámos y hablábamos de cosas sin importancia, planeamos nuestras citas con ONU y otras cosas.
Chile y yo nos fuimos, nos veríamos la próxima semana, nos despedimos y perdí de vista al hombre castaño y a su cabaña.
México:
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TU, YO Y LA LOCURA DEL AMOR.
RandomMéxico es el representante de un país, y junto con los demás representantes supera y disfruta la vida. Pero tendrá que superar la dichosa "Chalupa del amor" ¿Será que encuentra el amor? ¿Quién será la afortunada? ¿Conseguirán los demás representante...