Estados Unidos:
Después de la pequeña discusión con México arranqué el auto y conducí a mi destino mientras Méx no paraba de quejarse sobre el pequeño Rainbow unicorn vomit. No entendía, se supone que a México le encantan los animales, pero estaba molesto porque tenía que cuidar de un hámster cuando se esperaba algo más divertido, y además quería cambiarle el nombre, no señor, a mi hámster no le cambian el bello nombre que le otorgé.
Busqué un estacionamiento y dejé el auto ahí con México dentro.
- No dudes en huir si el animal te hace algo. ¿Me oyes? - hablé antes de salir del auto.
- ¡Puedo calmar a un hámster! - protestó México indignado.
- Le dije a Rainbow unicorn vomit. El animal salvaje eres tú.
Me dí la vuelta y seguí caminando.
- ¡Desgraciado! ¡Mis sentimientos baboso! - musitó México aún dentro del auto, reí en mis adentros y seguí caminando.
Minutos más tarde volví con una bolsa negra. Entré al auto y México me miró como si fuera un fantasma.
- ¿Que hay ahí? - dijo perplejo señalando la bolsa negra con la cabeza.
- Ya verás.
No entiendo, pobre México, estás dejándolo con los nervios de punta. Deberías decirle qué es.
Soy misterioso, dejemos que le den otros cinco paros cardíacos chiquitos.
Y si... ¿Se muere?
Ay no, esa cosa es como una cucaracha, no se va a morir jamás.
¿Acabas de comparar a tu amigo con una cucaracha?
Lo es.
Ah cierto, si es. Al fin de acuerdo en algo, querido Estados Unidos.
- ¿Me estás escuchando gringo? - la voz de México me bajó de mis pensamientos. Lo miré y tenía un rostro decepcionado, lo conocía lo suficiente para darme cuenta de que me estaba contando sus problemas.
- Eh... Si, si. - murmuré sin saber ni un palabra de lo que me había contado.
- ¿Ah si? A ver. ¿Qué dije?
La pregunta se quedó en el aire un momento mientras yo pensaba a toda velocidad lo que podía decir.
- Me estabas diciendo que estabas preocupado por mí y por Candy y que me amas y soy más guapo que tú.
El enarcó una ceja y negó con la cabeza, después no dijo nada más y su mirada se quedó en la ventana, relamí mi labio inferior y luego lo mordí arrugando mi entrecejo, realmente había echado a perder el momento.
- I'm sorry... Estaba pensando en otras cosas, Méx. Pero créeme, la próxima vez que quieras contarme algo, estaré atento. Es más toma un pañuelo. - sonreí de manera inocente cuando el me miró y tomó el pañuelo de mala gana.
- ¡Te estaba hablando de mis malditos problemas amorosos!
Reí, no sé porque me encantaba arruinar los momentos, pero me eché a reír como desquiciado, nunca imaginé al señor yo no me enamoro en cualquier tipo de problemas amorosos.
- Oh vaya. Gracias por el apoyo. - murmuró de mala gana.
Lo miré reteniendo una sonrisa. Y negué con la cabeza mientras seguía conduciendo.
- Hey, Bro, no soy el mejor dando consejos pero-
- No me había dado cuenta, que novedad.
Le puse mala cara y le dí un golpecito en el brazo cuando me detuve en un semáforo rojo.
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TU, YO Y LA LOCURA DEL AMOR.
RandomMéxico es el representante de un país, y junto con los demás representantes supera y disfruta la vida. Pero tendrá que superar la dichosa "Chalupa del amor" ¿Será que encuentra el amor? ¿Quién será la afortunada? ¿Conseguirán los demás representante...