Reino Unido:
— Me preocupa Australia. — le dije a mi esposa al lado mío.
— ¿Eh? ¿Qué ha hecho? — Francia respondió rebuscando algo en su bolsa de mano.
— Me dijeron que ayer lo persiguió la policía. Estaba con una chica.
— Oh dios, cariño. ¿Qué harás?
Miré a Francia por unos segundos y luego miré mis zapatos para concentrarme, estaba claro que esa chica estaba arrastrando a mi hijo por un camino equivocado, además lo traía distraído y no la conocía como para saber sus verdaderas intenciones.
Tenía que alejarse de ella.
¿Cómo? Él no querrá hacer eso.
— Voy a alejarlos. — respondí con tanta seguridad que Francia se sobresaltó.
Ella tenía una mirada triste, estoy seguro que ella creía que eso era muy inhumano, y sí, realmente era una desición terrible, pero yo solo quería lo mejor para Australia, así como para todos mis hijos, y no podía permitir que esa chica llegara con quién sabe qué intenciones y llegar a el hotel a tan altas horas y con la policía persiguiendolos.
— ¿No crees que eso es un poco precipitado...? — me abrazó por los hombros Francia mientras me miraba a través del espejo.
Solo negué con la cabeza y me paré de la cama, miré por la ventana a varias personas, casi salían de la pandemia, aún llevaban mascarilla y no había mucha gente, me preguntaba cómo era vivir en Latinoamérica.
Bajamos a desayunar Francia y yo solos, en otras mesas estaban más representantes, pero no presté mucha atención.
— ¡Ah mierda! — escuché que una voz femenina se quejó de dolor.
— ¡Joder! ¿Que pasó? — México intervino rápidamente.
Cuando supe quién era, me preocupé, esos dolores de la nada solo significaban una cosa para nosotros.
Era Colombia.
Francia me miró con los ojos llenos de angustia, entonces me incorporé y fui rápidamente hacia ellos.
— ¿Todo bien? — pregunté en voz baja mirando a Colombia que yacía sentada en una silla con la mano apretando su pierna.
— No, le han dado dolores de la nada... Creo que está pasando algo grave en su territorio. — Chile me susurró.
— Tengo que llamar a mi secretaria... — murmuró la castaña con un hilo de voz.
— No, Col. Vamos a la habitación, yo la llamaré. — se apresuró a decir México.
Ella asintió débilmente mirando la zona de su pierna que se estaba volviendo morada, como si se hubiera golpeado ahí.
No sé que estaba pasándole pero lucía grave.
Se la llevaron a su habitación y no pude saber más, volví con mi esposa quién me miraba preocupada, realmente esa mujer era perfecta, se preocupaba por todos sin importar nada.
— ¿Qué le sucedió? — me preguntó tan pronto como llegué a la mesa.
— Algún daño en su territorio, parecía grave.
Ella bajó la mirada como si buscara una solución, nos quedamos en silencio un rato y finalmente terminamos el desayuno y fuimos hasta donde ONU, para saber lo que había reunido sobre el caso de mis hijos.
— Hablamos con Estados Unidos, nos dió características de los atacantes, pero el principal atacante no tenía absolutamente ningún antecedente.
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TU, YO Y LA LOCURA DEL AMOR.
AléatoireMéxico es el representante de un país, y junto con los demás representantes supera y disfruta la vida. Pero tendrá que superar la dichosa "Chalupa del amor" ¿Será que encuentra el amor? ¿Quién será la afortunada? ¿Conseguirán los demás representante...