Capítulo XIX

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Perú:

¡Mierda, que nervios! Toda la familia de Estados Unidos estaba aquí desde hacía un día antes, y yo... Yo soy la casi novia de Estados Unidos. Realmente no sé cómo sentirme, estaba nerviosa, eso seguro.

Mientras pienso en toda esa situación, Estados Unidos está sentado a mi lado con nuestras manos entrelazadas.

— Perú... — oigo que me llama.

Dirijo mi mirada al hombre que está mi lado y le regalé una sonrisa.

— Perú... Quiero presentarte a mi familia... — confesó. Debo admitir que estaba emocionada, aunque no entendía por qué, su familia ya me conocía, no le veía caso presentarme de nuevo. — Pero como mi novia.

En ese momento todo se paró, incluyendo mi corazón, mi mundo se detuvo, todo se detuvo, sólo sentía mi respiración entrecortada, estaba feliz, sentí que pasaron miles de minutos, pero en realidad sólo fueron microsegundos.

— So... ¿Aceptas ser mi novia? — continúo hablando.

Esta vez reaccioné rápidamente, lo miré con una gran sonrisa y me abalancé a el para darle un gran abrazo.

— Si, si acepto. — le susurré al oído al chico que me presionó mas contra el.

Me separé solo para besarlo, un beso lleno de emoción, un beso perfecto, apasionado y tierno a la vez, nos separamos para unir nuestras frentes y mirarnos a los ojos. Ya no era la CASI novia de Estados Unidos, ya era su pareja oficial. Al parecer las cosas no iban tan mal después de todo.

[...]

— Mi familia cenará con nosotros en una hora. — Estados Unidos me alertó mientras yo estaba en la habitación buscando un vestido decente.

— Estaré ahí, prometo no tardarme, debo buscar un vestido aceptable. — murmuré entre risas y sentí que rodeaba mi cintura con sus brazos.

— No necesitas verte bien para ellos, ni para mí, Perú. Eres hermosa, y con lo que tú te sientas cómoda estará bien.

No pude evitar sentir mariposas en el estómago cuando dijo eso, me sonrojé y bajé la cabeza aunque el no pudiera verme. Asentí y murmuré un “Gracias” para después decidirme por un lindo vestido rojo ajustado. Realmente el color rojo me encantaba. ¿Por qué será? Oh sí, mi bella bandera.

Estados Unidos salió de mi habitación y después volvió con un atuendo lindo, un pantalón negro y una camisa blanca. Mierda ¿He mencionado que él con el color blanco se ve irresistible?

— ¿Nos vamos? — dijo tendiéndome la mano.

Tomé su mano y salí de la habitación con él, había un restaurante cercano, al cuál fuimos a pie, entramos y todo estaba decorado de manera rústica y elegante a la vez, era raro, pero también muy bonito. A lo lejos ví una mesa con Reino Unido y Francia sentados riendo sobre algo, se veían muy lindos juntos, sonreí y miré a Estados Unidos, el cual me dió un pequeño apretón de mano reconfortante.

Mientras nos íbamos acercando mis nervios iban disminuyendo. Dios, era lo contrario a lo que debería.

— ¡Están aquí! — Francia  exclamó al mismo tiempo que se incorporaba de su asiento para saludar, Reino Unido hizo lo mismo.

Creo que si Argentina me viera abrazando a la persona que le cae mal, me mataría, pero algún día tendría que decirle que Reino Unido era mi suegro.

— ¿Y mis hermanos? — Estados Unidos preguntó mientras se sentaba a mi lado.

— Nueva Zelanda y Canadá vienen en camino. — Reino Unido sonrió. — Pero Australia no podrá venir, le ha surgido un compromiso al parecer.

TU, YO Y LA LOCURA DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora