Capítulo XXVII

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Estados Unidos:

Yo era un hombre totalmente feliz, y ahora lo soy, gracias a mi hermosa Perú.

Pero no siempre fue así, y menos cuando tuve que soportar ver cómo abusaban de mi hermana, mi pequeña cómplice. Y todo por un problema de hace años.

Al fin y al cabo México tenía la razón, al fin y al cabo sus telenovelas le servían de algo.

Mi padre tenía una prometida, linda y con una personalidad increíble, cabe recalcar que eso pasó hace más de cuarenta años. Mi padre estaba profundamente enamorado de la joven humana, y ella lo tenía todo con él, pero al parecer no lo suficiente, porque ella se enamoró de mi. Y jamás voy a negar que yo también me enamoré de ella, tanto que creí que cuando ella me faltara iba a decaer completamente.

Fui un traidor, por amor, mal hijo, por amor, fui un cobarde, por amor, fui un egoísta, por amor.

Todas las tardes a escondidas yo me escabullía por la casa de mi padre para ver a aquella dama que en esos momentos me tenía enamorado, hasta que una ocasión, mi amor por ella era tan grande que decidí enfrentar a mi propio padre. "Me he enamorado de tu prometida, padre. Lo siento, pero el amor no es algo que se pueda frenar, ella se ha enamorado de mí y queremos vivir unidos."  le dije a mi padre, sus ojos se llenaron de dolor pero a mí en esos momentos, me importó una mierda, huí con mi amada a mi territorio, no me importó ni un poco que Canadá fuera distante conmigo, o que Nueva Zelanda no quisiera verme más, o que mi hermano pequeño, Australia, se sintiera decepcionado de mi, o que mi padre estuviese con su peor crisis por mi culpa.

No me importó, estaba jodidamente ciego, y tal vez fuí egoísta porque me llevé a una humana a vivir conmigo sin poder tener hijos. Pero al parecer no le importaba eso, ella me amaba, o eso creí.

"Cariño, estoy embarazada, serás padre." ¿Cómo podía yo ser padre? Sus palabras taladraron mi corazón, porque ni yo ni nigún representante podría tener hijos.

Al pasar los años, moría de risa porque la mujer creía que sólo mi padre era estéril y yo sí podía hacerla concebir. Pero realmente así no fue, entonces su infidelidad fue descubierta. "¡He traicionado por ti, mujer! ¡Te he dado todo! Y tú me engañaste. Solo pedía amor de tu parte."  Estaba realmente dolido, había perdido a mi familia por ese amor que me jodió la cabeza. "Te amo. Pero es que no podía vivir sin un hijo, entiende por favor" suplicaba ella con mares en sus ojos, cada vez me convencía más de que ella era una mentirosa, pues antes me dijo que creía que sólo mi padre era estéril, y que yo sí podía darle un hijo, la mujer en verdad era ignorante, pero gracias a su ignorancia, descubrí a quien tenía a mi lado.

La corrí de mi casa, sin esperar nada, estaba lo suficientemente dolido como para odiarla y no querer saber más de ella. Y así fue, jamás volví a saber nada de ella, hasta que conocí a su hijo, un treintañero desquiciado que por alguna razón, me quería ver a mí y a mí familia en la mierda. No sé dónde está su madre, aquella mujer que alguna vez amé, pero sin duda alguna esa mujer también me quiere muerto.

— Hey, ¿Estás bien? — México preguntó a mi lado mientras alimentaba a Rainbow Unicorn Vomit.

No, tendré que volver a verla, Méx, volveré a ver a esa mujer. — dije con amargura tomando un vaso de tequila que México me dió.

— A ver, hermano. Tranquilo, ya tienes a Perú a tu lado. No le temas al pasado.

— Cuando tú no le temas a mi hámster, lo hablamos.

— ¡Yo no le temo a tu hámster! — Protestó indignado.

Para su de malas, el hámster hizo un sonido que hizo que Méx se sóbresaltara.

TU, YO Y LA LOCURA DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora