Introducción Nagore

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Narra Nagore:

No sé que me pasa que últimamente estoy todo el día fuera, no sé si será porque quiero encontrar a alguien que me demuestre su amor por mi y que me respete, tampoco pido mucho, estoy harta de decepciones amorosas y resacas, madre mía que dolor de cabeza, creo que debo dejar de salir tanto, me está empezando a pasar factura. ¿Qué hora es? ¡LAS 10! NO LLEGO, NO LLEGO. Me ducho súper rápido, me maquillo un poco y salgo corriendo de mi casa dirección a Telecinco para grabar Mujeres y Hombres y Viceversa. Llego tarde como de costumbre, a estas horas por los pasillos suele haber mucha actividad y la verdad que no me apetece encontrarme con alguien y que me haga las típicas preguntas a las que ya estoy harta de responder. Por suerte llego a justo a tiempo y entro a la vez que Emma a plató.

-Emma: Nagore hija, el día que te vea antes que yo en plató nos iremos de fiesta.

-Nagore: Uff, calla, no me hables ahora de fiesta que tengo la cabeza que me va a estallar. –Dije quejándome.

-Emma: ¿Otra vez? Hay que ver chica como te lo montas... -Me guiñó el ojo.

-Nagore: Tampoco te creas, no salgo más. –Decía riéndome sabiendo que era mentira.

-Emma: Por lo menos habrás ligado, ¿no?

-Nagore: No, yo ya no creo en eso del amor, cada día estoy más convencida de que voy a estar sola, y con un gato, que encima me da alergia. –No podía evitar dejar de reirme junto a ella.

-Emma: Nunca digas nunca, quizá cuando menos te lo esperes el amor llamará a tu puerta.

-Nagore: Pues hija tarda más que cuando pido una pizza para cenar, que hay que ver lo tardan. –Me quejaba yo.

-Emma: Vamos a grabar anda. –Me contestó dirigiéndose a su sitio.

El programa transcurrió con normalidad, al terminar decidí llamar a Sofía por si le apetecía ir a comer a algún lado.

-Sofía: ¿Nagore?

-Nagore: Holaaa, ¿te apetece que vayamos a comer por ahí?

-Sofía: Bueno vale, quedamos donde siempre

-Nagore: Vale, en media hora estoy ahí.

Me dirigí hacia el restaurante donde solíamos quedar siempre, llegué un poco antes de la hora acordada así que pedí una cerveza mientras esperaba. Sofía tardó en llegar un rato y yo ya iba por la tercera cerveza cuando la vi entrar por la puerta.

-Nagore: Pensaba que ya ni venías. –Dije dándole dos besos.

-Sofía: Perdona, es que se me ha ido el santo al cielo, ¿vamos? –Me dijo mientras me levantaba de la banqueta.

Nos dirigimos hacia la mesa y pedimos algo para picar, mientras comíamos estuvimos hablando un poco de nuestras vidas.

-Sofía: ¿Por qué no te vienes esta noche a 'Fulanitas'? Pincho hoy ahí. –Me decía con mucho interés.

-Nagore: No sé Sofi, llevo saliendo tres noches seguidas, no te creas que tengo cuerpo para una cuarta. –Decía yo como trastocada.

-Sofía: Venga, así alomejor conoces a alguien. –Me decía guiñándome el ojo.

-Nagore: Es posible, pero no te prometo nada.

-Sofía: Así me gusta Nago, verás que esta noche triunfas.

-Nagore: Quita quita.

Después de comer me fui a mi casa a echarme un rato la siesta, estaba muerta y apenas había dormido, lo bueno es que mañana tenía el día entero para mí. Me animé a salir un rato a la discoteca de Sofía, estuve un rato bailando y bebiendo, iba un poco pasada ya cuando de repente se me acercó una chica para bailar conmigo.

-Chica: Que guapa eres. –Me decía sonriendo.

-Nagore: Gracias, tu también. –Dije yo cuando de repente y sin darme cuenta tenía sus labios junto a los míos, estuvimos un rato así hasta que me dijo de ir a su casa, yo no era muy consciente de lo que estaba haciendo en ese momento, así que me despedí de Sofía y fuimos en taxi hasta su casa.

Vivía en una casa enorme en La Moraleja, entramos y fuimos directas a su habitación, estuvimos toda la noche juntas y no descansé mucho, por la mañana al despertarme vi el panorama que tenia y que no estaba aquella chica la verdad que no me acordaba de casi nada así que empecé a vestirme, a los tres minutos entró ella vestida en la habitación y con un café en la mano.

-Chica: Buenos días. –Me besó y me tendió el café.

-Nagore: Oye, no te lo tomes a mal pero es que no me acuerdo de nada, ¿qué ha pasado? –Dije yo apartándome de su boca, la cual no me apetecía besar.

-Chica: ¿Tú qué crees? –Decía riéndose ante mi absurda pregunta. –Ha pasado lo que tenía que pasar.

-Nagore: Ya... yo me tengo que ir, muchas gracias por todo de verdad. –Respondí saliendo de ahí.

-Chica: Pero espera, podemos quedar mañana.

-Nagore: Es que esto es un error, yo ni siquiera debería estar aquí, no sé ni cómo te llamas ni nada, lo siento de verdad.

-Chica: Pero espera que te lleve a tu casa por lo menos. –Decía mientras iba tras mí.

-Nagore: No de verdad, muchas gracias, no hace falta, adiós. –Cerré la puerta y salí, me fui andando lejos de ahí y pedí un taxi hasta casa.

No sé quien era esa chica ni apenas recuerdo lo que pasó, pero tenía claro que no quería nada con ella. Definitivamente no salgo más, y menos sola.

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora