Capítulo 23

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Narra Nagore:

Me había encantado ese momento de intimidad con Sandra en el coche, sabía que al final acabaría cediendo después de las ganas con las que nos habíamos quedado. Me gusto que Sandra dijera que me la quería devolver, yo lo aceptaba encantada.

No tardamos en llegar a la casa de Rocío.

-Rocío: Pues ya hemos llegado. –Aparcó el coche en el garaje. –Por aquí.

Cogimos nuestros bolsos y la botella de vino y fuimos tras ella.

-Rocío: Fidel, ya hemos llegado. –En ese instante apareció su pareja.

-Fidel: ¿Qué tal Sandra? –Se dieron dos besos y me miró. -¿Tú debes ser Nagore? –Me sonrió y nos dimos dos besos.

-Nagore: Sí. –Sonreí tímidamente.

-Rocío: Es guapa eh. –Apoyó su brazo sobre el de Fidel.

-Fidel: Mucho, me encanta para ti Sandra. –Sonreían todos y yo estaba un poco nerviosa.

Fuimos directamente a la mesa y comimos charlando de todo. Tras terminar Rocío quiso enseñarme su casa y accedí yendo con ella.

-Rocío: ¿Qué tal se porta Sandra contigo? –Preguntó mientras me enseñaba cada rincón.

-Nagore: Es maravillosa, es una compañera de vida increíble. –Respondí yo orgullosa de mi chica.

-Rocío: ¿Habéis discutido alguna vez? –Entramos en su habitación y ella se sentó en la cama. –No es con mala intención la pregunta. –Me sonrió mientras me hacía un gesto de que me sentara con ella.

-Nagore: No discutimos mucho la verdad. Alguna pelea hemos tenido pero a los minutos ya estamos bien de nuevo. –Expliqué yo.

-Rocío: ¿Puedo hacerte una confesión? –Colocó mi mano entre las suyas.

-Nagore: Claro. –Contesté yo inquieta.

-Rocío: Para mi Sandra es como mi hermana, esa a la que acudes para pedir consejos, la que sabe tus miedos e inquietudes y tú las suyas, esa a la que quieres proteger a toda a costa pase lo que pase. –Me miraba a los ojos. –Hemos hablado mucho de ti, yo sé que la quieres y que ella te quiere a ti y eso me encanta. –Me confesó con una gran sonrisa. -¿Me puedes prometer una cosa por favor?

-Nagore: Dime.

-Rocío: Sí algún día os pasa algo, necesito que me prometas que esperarás a que venga a buscarte.

-Nagore: No entiendo qué me quieres decir Rocío. –Dije un poco confundida.

-Rocío: Sabemos cómo es Sandra, y a veces es muy cabezota y complicada. –Espero unos segundos. –Pero si algún día discutís, os pasa algo o lo dejáis, dale un tiempo por favor. Le cuesta reaccionar muchas veces y le cuesta reconocerlo, pero sabe que si no tiene razón no dudará en disculparse. –No entendía muy bien porque me estaba diciendo eso, pero también recordé que su hermana me dijo algo parecido cuando fui a Barcelona.

-Nagore: Yo también soy complicada Rocío, pero te prometo que si nos pasa algo intentaré no actuar con impulsividad.

-Rocío: Gracias Nagore. –Me agarraba fuerte las manos. –Sandra tiene muchos miedos y aún le queda mucho para vencerlos.

-Nagore: Lo sé. –Asentí yo con la cabeza.

-Rocío: No quiero asustarte ni mucho menos con todo esto. Sandra tiene un corazón muy puro y te quiere de verdad, por eso necesitaba decirte esto. –Me sonreía. –Gracias por hacerla tan feliz, es la primera vez que la veo tan bien con una pareja, desde que está contigo se nota que está mucho mejor. –Me abrazó.

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