Capítulo 8

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Narra Sandra:

Llegué a mi casa y no sabría muy bien como describir como me sentía en ese momento. Mañana iba a volver a verla y ya estaba desando que llegara el momento, estaba todo el rato pensando en cómo decirle lo que sentía por ella. Por un lado quería decírselo; así quitarme esta angustia de encima y quizá ella también sentía algo por mí, pero por lado tenía miedo, miedo de que ella me dijera que no veía una relación conmigo más allá de lo profesional. Metida completamente en mis pensamientos me llegó un mensaje suyo:

Nagore: UBICACIÓN

Sandra: Muchas gracias, ¿sobre qué hora voy?

Nagore: ¿Te parece bien sobre las 14:15?

Sandra: Me parece perfecto, ¿has llegado bien a casa?

Nagore: Perfecta, ¿tú?

Sandra: También jajaja.

Nagore: Me alegro :)

Sandra: Mañana te veo entonces

Nagore: Claro, descansa buenas noches ❤

Sandra: Igualmente, pasa buena noche 😘

Nos despedimos y me fui a dormir, todavía tenía mucho que pensar pero esta vez me iba a dejar guiar por mi corazón y que cuando la viera saliese solo.


Narra Nagore:

Me desperté con muy buen humor y mucha energía, tenía que ir Mediaset a grabar Mujeres Y Hombres Y Viceversa por lo que me preparé rápido salí. Pedí a las maquilladoras que hoy me dejaran muy natural a sabiendas que luego había quedado con Sandra.

El programa terminó bien, todavía quedaba una hora y media hasta que estuviera con Sandra por lo que me fui a mi casa a cambiarme. Bajé cuando quedaban todavía diez minutos para las 14:15, quería ser puntual.

Mientras esperaba me senté en la barra, me pedí un vino y estuve revisando mis redes hasta que su voz hizo que apartara la vista de mi móvil y mis ojos fueron directos a los suyos.

-Sandra: ¿Qué tal? –Nos dimos dos besos.

-Nagore: Bien, ¿tú qué tal? –Me levanté de la silla.

-Sandra: Ahora estupendamente. –Sonrió nerviosa.

-Nagore: ¿Nos sentamos?

-Sandra: Claro vamos.

Llamé al camarero y nos llevo a nuestra mesa, nos dejó dos cartas y se retiró.


Narra Sandra:

Pensaba que iba a estar más relajada pero no, sólo esperaba que mis nervios no me pasaran una mala jugada, y menos a la hora de contarle todo. Todavía no sabía cuando decírselo así que esperé un poco a que nos trajeran el postre y ahí ver qué plan teníamos y decidir el momento.

La comida estaba buenísima y la conversación con Nagore no era para nada como la de ayer, fluía sola y me sentía súper cómoda y a juzgar por cómo estaba ella, también diría que estaba cómoda.

Pedimos los postres, me marché un momento al baño para pensar bien en qué decir y relajarme un poco porque sentía que mi corazón se podía salir en cualquier momento de lo rápido que latía.

-Nagore: Sandra... -Dijo con la voz entrecortada, la noté muy nerviosa y no entendía el por qué.

-Sandra: Dime, ¿estás bien? –Me preocupé por ella.

-Nagore: Si si, es sólo que quería hablar contigo. –Comentó mientras a mí me entraba la curiosidad.

-Sandra: La verdad, yo también quería hablar contigo. –Solté.

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