Narra Nagore:
Estaba nerviosa, no entendía muy bien el comportamiento de Sandra y porque lo tenía. Yo estaba cagada, se me pasaron mil cosas por la cabeza y tenía miedo que quisiera dejar la relación.
Llegué y llamé al timbre, no tardó en contestar y a medida que iba subiendo cada escalón sentía como mi corazón palpitaba a más velocidad.
Ella estaba esperándome en la puerta, la tenía en frente y solo pude abrazarla a lo que ella me correspondió.
-Nagore: ¿Estás bien? –La miraba a los ojos y lo que me reflejaban era que no. Quería darle un beso pero no sabía si ella lo querría así, por lo que acaricié su mejilla.
-Sandra: Si, si es que he estado un poco... no sé. –Puso su mano sobre la mía.
-Nagore: ¿Quieres que hablemos? –Fue lo único que se me ocurrió decir en ese momento.
-Sandra: Pasa. –Me acompañó al salón. –La comida ya está lista, ¿la sirvo y hablamos?
-Nagore: Claro, ¿te ayudo? –La seguí hasta la cocina.
Pusimos la mesa en un momento, apenas cruzábamos palabra y yo cada vez entendía menos esta situación. Nos sentamos.
-Sandra: Nagore perdona. –Puso su cabeza sobre sus manos, se veía que estaba sobrepasada y yo quería que ella estuviera cómoda en todo momento.
-Nagore: ¿Perdón por qué cariño? –Me acerqué a ella y me agache para poder ver su rostro escondido entre sus manos.
-Sandra: Es que te va a parecer una tontería. –Levantó un poco la cabeza, lo suficiente como para que nuestras miradas pudieran contemplarse. –Me ha costado hablarte estos días.
-Nagore: Ei, ¿por qué va a ser una tontería? –Puse mis manos sobre las suyas que estaban en sus muslos. –No te preocupes, yo estoy aquí para escucharte y entenderte nunca te voy a juzgar.
-Sandra: Nago yo... -Cogió aire –El otro día por la noche tuve un sueño, aparecías tú y Sofía. –Yo la miraba y asentía a lo que me decía. –Soñé que os pillaba juntas y me entró mucho miedo.
No entendía muy bien que estuviera así por un sueño pero quería que viera que eso no era la realidad y mostrarle que no pasaría.
-Nagore: Pero Sandra cariño es sólo un sueño. –Me levante un poco para estar a su altura.
-Sandra: Lo sé pero tengo una sensación rarísima y sentía como que no podía mirarte a la cara.
-Nagore: No digas eso... -Me dolió su comentario pero me dolía más aún verla así de afectada por un sueño que no tenía ninguna importancia. -¿Y ahora cómo estás?
-Sandra: No tengo esa sensación, pero me duele que te haya podido hacer daño. Confío en ti y sé que no lo harías pero el miedo se ha apoderado de mí.
-Nagore: No tienes que disculparte, pero Sandra necesito que si te pasa algo me lo cuentes aunque sea complicado, entiendo que te tomes tú tiempo en hacerlo pero no puedes estar así por esto.
-Sandra: Lo sé Nago, por eso te digo. –Me miraba, no iba llorar pero si se veía que se sentía mal.
Estuvimos hablando un rato más, al final quedó en nada pero yo también me sentía un poco mal de verla así.
Narra Sandra:
Las semanas iban pasando junto a ella, nos veíamos con mucha frecuencia teniendo también en cuenta que nos veíamos siempre en el debate de Supervivientes, aunque Nagore esta edición había tenido algún que otro rifirrafe con familiares de concursantes y sobre todo con Mila, eso no era ningún impedimento y nuestra complicidad era máxima en plató. Yo sentía que estábamos en el mejor momento de nuestra relación y ya habíamos planeado alguna que otra escapada durante julio y agosto.
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Solo tú
Romance¿Cómo transcurre una relación mediática desde el secreto hasta la exposición pública? ¿Cómo demuestro todo lo que siento? ¿Cómo me puedo sentir así por ti?