Capítulo 67

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Narra Sandra:

Me encantó dormir a su lado de nuevo, me había removido todos mis sentimientos. Me desperté y ella aún seguía dormida. No quise moverme para poder disfrutar todo lo que pudiese de este momento. Cerré los ojos y pensé, pensé en esa infinidad que quería pasar con ella.

-Nagore: Mmm. -Se estiró y se giró quedando frente a mí. -Buenos días.

-Sandra: Buenos días. -Sonreí. -¿Qué tal has dormido?

-Nagore: Muy bien, me siento muy descansada. -Sonrió ella también. -Me voy ha meter a la ducha. -Me dio un beso.

-Sandra: Vale. -Ella se fue a la ducha y yo preparé mis cosas para meterme luego.

No tardó mucho, salió con la toalla enrollada al cuerpo y yo me metí directamente al baño. Cuando ya estuvimos listas salimos a desayunar y después nos fuimos a dar un paseo por la playa y ver un poco los alrededores. Después de comer estuvimos también dando una vuelta y llegamos al hotel justo a la hora de cenar.

-Sandra: No quiero volver ya mañana. -Estábamos sentadas en la mesa e hice un pequeño puchero.

-Nagore: Yo tampoco, estoy muy bien aquí, la verdad.

-Sandra: Eso es por la compañía. -Bromeé y ella me sonrió.

-Nagore: Hombre, eso ayuda, por supuesto . -Nos trajeron la comida y cenamos.

-Sandra: ¿Ya sabes qué vas a hacer estas navidades?

-Nagore: Aún no, es un poco pronto, pero me imaginó que iré a Bilbao con mis padres.

-Sandra: ¿Y en Nochevieja?

-Nagore: También supongo.

-Sandra: ¿Es pronto para pedirte que lo pasemos juntas?

-Nagore: No lo sé Sandra, aún no sé que haré.

-Sandra: Me conformo con que lo tengas en cuenta y te lo pienses.

-Nagore: Lo haré. -Puso una pequeña sonrisa.

Poco a poco me estaba sintiendo como antes, a ella también la veía más receptiva; todo volvía de nuevo a encajar y nada me podía hacer más feliz.

Cuando terminamos de cenar salimos a dar una vuelta y a pasear un poco a Nash por un pequeño sendero en el que al final del camino, había un mirador en el que se observaba todo el mar. Estaba todo muy poco iluminado y hacía mucho frío, pero ambas éramos muy cabezonas y continuamos hasta a la farola que nos indicaba el final.

-Sandra: Definitivamente, no quiero marcharme de aquí. -Nos apoyamos en la barandilla mientras escuchábamos el sonido de las olas romper.

-Nagore: Voy a echar esto de menos. -Estaba temblando de frío.

-Sandra: ¿Tienes frío? -La abracé por detrás.

-Nagore: Un poco. -Moví mis manos sobre sus brazos para intentar que entrara un poco en calor.

-Sandra: ¿Quieres que volvamos?

-Nagore: No, así estoy bien. -Yo tenía mi cabeza apoyada en su hombro y mis brazos arropándola y pegándola a mí. -No te despegues de mí nunca.

-Sandra: Te lo prometo. -Noté como sonreía y levanté un poco mi cabeza para dejar un beso en su mejilla. -Necesitaba estos días así.

-Nagore: Necesitábamos. -Corrigió.

Respiré profundamente, no sabría explicar como me sentía en este momento. Agaché la cabeza y besé su hombro mientras ella tiritaba de frío.

-Sandra: Vamos anda, te vas a congelar. -Se giró y me abrazó con todas sus fuerzas.

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