Capítulo 55

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Narra Sandra:

Este distanciamiento me dolía, vaya que si lo hace. He intentado evadirme, incluso un día me fui a la sierra para despejarme. La echaba de menos, intentaba hablar con ella pero sin ser pesada, a ella tampoco la veía receptiva, pero tampoco podía hacer nada, y menos si Nagore ni siquiera estaba en el país.

Yo no era mucho de salir a correr, me gusta más el deporte en casa, pero apenas eran las 7 de la mañana y no hacía mucho calor así que le puse la correa a Nash y salimos al Retiro. Estuvimos alrededor de una hora los dos juntos corriendo, aunque de vez en cuando tuvimos que parar.

Cuando llegué a casa solté a Nash que se fue directo a su camita para tumbarse y yo me metí en la ducha, agua fría por el cuerpo hasta que el timbre interrumpió. Me puse el albornoz y fui a abrir.

-Nagore: Hola. -Su voz, sus gestos, ella, no sabía descifrar su mirada.

-Sandra: ¿Qué tal? Pasa, no te quedes ahí. -Entró. -Voy a ponerme algo. -La notaba incluso tímida.

-Nagore: Vale. -Ella fue a saludar a Nash mientras yo me puse algo cómodo para estar por casa.

-Sandra: Hemos ido a correr y estamos muertos los dos, ¿verdad? -Me agaché justo por el otro lado al que estaba ella. -¿Qué nos está pasando, Nagore? -Necesitaba decirlo ya, la necesitaba a ella.

-Nagore: No lo sé. -Dijo con un tono de voz muy bajo. -Tengo que ser sincera, me molesta que no hayas venido conmigo, pero también me has escrito para preguntarme y te lo agradezco.

-Sandra: Ya te dije que no podía, sabes que eso no depende mí.

-Nagore: Tampoco has venido a Portugal, ¿otra excusa? -Veía decepción en ella.

-Sandra: No, pero ese viaje sabes que era para las dos solas.

-Nagore: ¿Y eso qué importa? Podías venir perfectamente.

-Sandra: Teníais que disfrutarlo juntas, créeme que así ha sido mejor.

-Nagore: Joder Sandra. -Negaba con la cabeza. -Mañana me voy a Bali, no quiero irme así.

-Sandra: ¿Así? -Tenía miedo a su respuesta.

-Nagore: Sabes lo que te digo, llevo dos semanas sin verte y ni siquiera nos hemos dado un beso. -Ambas nos mirábamos, Nash entre medias ya estaba dormido.

-Sandra: ¿Y qué quieres hacer?

-Nagore: Estar contigo, pero necesito estar bien, así no me puedo ir a la otra punta del mundo.

-Sandra: Haremos una cosa. -Me miraba expectante. -Vamos a olvidar todo; nuestras movidas, la gente que nos rodea, donde estamos, todo. Estas horas solo somos tú y yo, nada más.

-Nagore: Sandra no va a ser buena idea.

-Sandra: Intentémoslo.

-Nagore: Es que no creo que. -La interrumpí besando sus labios. -Está bien.

Así lo acordamos, nada de hablar sobre ningún tema ajeno al momento que estábamos viviendo, los móviles apagados, nada ni nadie que nos moleste. Rocío se llevó a Nash, apenas teníamos 24 horas para estar juntas, pero teníamos que aprovechar.

Para empezar fuimos a dar una vuelta andando, quizá Madrid no era el lugar ideal para desconectar, pero había que disfrutar cada segundo.

Comimos en un restaurante cerca del Retiro, aprovechando el lugar fuimos a las barcas, la tarde estaba siendo increíble, los segundos se me pasaban volando pero faltaba algo, las dos notábamos que no estábamos al 100%.

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