6 | Sólo un capítulo más

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Larissa

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Larissa

Salgo a paso apresurado para no cruzarme con Valentina ni Aidan, hoy es mi día libre así que lo aprovecharía para reunirme con Patrick y entender más sobre todo esto. Bajando las escaleras de la entrada, visualizo el auto en donde él se encuentra bajando con sus gafas puestas.

Me acerco a él y este me saluda.

—¿Lista?

—Si, vamos antes de que mis amigos me vean con un desconocido.

Patrick ríe y entra al auto esperando a que me una a él. Una vez dentro, acomodo mi mochila en el asiento trasero, pensé anteriormente en traer las notas y archivos que mamá ocultó en su escritorio, pero imagino que por algo las debió haber guardado en ese lugar, bajo llave. Miro de reojo al hombre a mi lado y de nuevo hacia delante, contengo con ganas el bostezo que me ha perseguido durante toda la mañana y friego mis ojos intentando concentrarme. Froto mi bolsillo trasero, para asegurarme de tener las listas con todos esos nombres que mamá también guardó y pensé en hablarle de eso a Patrick, pero mejor opto por iniciar con algo tranquilo.

—Encontré el arco de mamá —miro a Patrick y este ni siquiera se inmuta.

—¿En serio? Eso es bueno, dime que te pareció.

—¿Solo eso dirás?

Esta vez sí me mira. —¿Qué quieres que te diga?

—No lo sé, deberías saber.

—Está bien... ¿Lo trajiste?

—Por supuesto que no, es muy grande y cualquiera podría verlo en la universidad. —Seguimos el camino de regreso a la casa abandonada para encontrarnos con Sara y recuerdo la conversación del día anterior—. Patrick.

—Hablaremos luego.

—¿Es una broma? Necesito esto.

—No entiendes nada de esto Larissa, no llegas un día, te enteras que en realidad si existen seres mitológicos y decides cazarlos. Sé cómo está funcionando tu mente ahora mismo, por eso necesito que confíes en mí y si luego de lo que te enseñaremos hoy sigues con esa mentalidad, ahí podrás decirlo en voz alta.

Suspiro y me dejo caer por completo sobre el asiento, no tengo nada más que hacer que mirar por la ventanilla.

—¿Quién mató a mi madre?

—Larissa...

Vuelvo a enderezarme y a retarlo con la mirada, sentí como mis ojos se aguaban pero me niego a lloriquear—. Contesta.

—Su nombre era Ronan, él... está muerto. Nos encargamos de él cuando nos enteramos de lo que le pasó a Alice. —Mis facciones se contraen y mi nariz pica, la limpio y cierro mis ojos para tranquilizarme.

Todas las preguntas, toda la información, las ideas y demás se fueron al recordar que ese nombre era uno de los que estaba en la lista de mamá, las que no contienen una cruz. Llegamos hasta la casa y salgo sin decir ni una palabra, como es de esperarse, Sara extiende sus brazos y no los rechazo, me hace sentir segura y a la vez con terror, como si en verdad la conociera de toda la vida, pero fuera del tipo de persona que podría darte la espalda si haces algo mal.

| ATRACCIÓN ETÉREA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora