18 | Un mapache muy bonito

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Larissa

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Larissa

Siento como el pecho de Haider se eleva con cada inhalación y baja cuando se exhala, levanto un poco mi cabeza contra su pecho y abro lentamente los ojos para captar los suyos que me miran con veneración, pienso en el maquillaje que llevo puesto desde anoche y bajo la vista lo más rápido posible para que no me viera así, oigo su risa por lo bajo y como sus manos cubren más mi espalda desnuda con las sábanas.

—¿Ahora le echarás la culpa al alcohol y dirás que me marche? —Pregunta acercando sus labios hasta mi oreja y repartir besos en mi nuca para continuar por mi espalda erizando mi piel, sonrío y me remuevo para darme la vuelta y traerlo hasta mi.

—No, es que... no quité mi maquillaje anoche, de seguro parezco un mapache.

—Pero un mapache muy bonito.

Río y lo aparto con las manos para levantarme tapando mi cuerpo con una sábana y dirigirme hasta el baño antes de que notara mi rubor, que vergüenza. Enciendo la luz y como era de esperarse, mi cara era una completa pólvora la cual no podía quitar con agua sola, así que saco mis cremas y todo lo necesario para deshacerme del maquillaje, una vez un poco más decente enciendo la ducha para relajar mis músculos y antes de entrar, Haider entra al baño cerrando la puerta detrás de él.

—¿Qué haces?

—Nos daremos una ducha, ¿no?

Sonrío y lo observo quitarse la sábana, este levanta la vista hacia mi y repaso su cuerpo con la lujuria instalada en mi cuerpo, hago lo mismo que él, dejando caer la sábana que cubre mi cuerpo completo y esta vez es él quien me mira de pies a cabeza, se acerca a mi y acomoda un mechón rebelde detrás de mi oreja para besar mis labios, tomándome por completo para llevarme hasta la ducha mientras sostiene mis piernas enredándolas en su cintura. Nos duchamos hasta que comenzamos a jugar de diferentes formas, antes de salir abrazo a Haider y beso sus labios mientras presiono más su cuerpo contra el mío, sintiendo una chocante electricidad cuando mis tetas se aplasta en su pecho.

Al separarnos salgo de la ducha y me pongo la bata para ir por más toallas y salir del baño con una sonrisa más grande que mi rostro, me fijo en mi teléfono que marca un nuevo mensaje, es de Patrick. Pongo los ojos en blanco intentando olvidarlo por un rato, al menos mientras estoy con Haider, pero era inevitable pensar en que Erik le dijo algo, al tomar el teléfono este dice que debo volver, sin imponer ningún pero. Suspiro y oigo la puerta del baño cerrarse, al darme la vuelta Haider se cubre la cadera con una de las toallas para levantar sus cosas del suelo.

Ambos nos cambiamos y bajamos para preparar nuestro desayuno mientras hablamos de nosotros. —Pues, creo que suena muy emocionante.

—¿El qué? —Pregunta él, levantando la vista de su sándwich tostado.

—Conocer a tu madre, si es como la describes me emociona la idea de conocerla —digo con una sonrisa, imaginando un lindo almuerzo con ambos y su hermanastro.

| ATRACCIÓN ETÉREA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora