16 | Lo más sexy y revelador

69 12 4
                                    

Larissa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Larissa

Friego mis ojos y bostezo, lo primero en recordar al abrirlos es el beso de Erik, pego más las sábanas a mi cuerpo y pienso en él, Erik siempre fue el tipo temido, el que daba la impresión de que te arrancaría el corazón con una mano si tan solo lo miraras mal, pero a la vez, siendo la bestia que me provoca, me tortura con cada palabra y su voz volviéndome loca. Ya no podía ocultar lo que sentía, por desgracia.

Una lágrima cae hacia un costado mojando mi almohada. Si sabía que esto se complicaría más para mi, hubiera actuado de otra forma, pero como una estúpida me dejé llevar y no pude controlar mis sentimientos. Pienso en Haider y en todas las relaciones absurdas que tuve antes de conocerlo, creyendo que con él podría darme la oportunidad de sentirme mejor, junto a alguien que es lindo conmigo y se preocupa por mí.

Pero Erik es completamente diferente, lo único bueno que podía sacar de él es que se preocupa de una forma peculiar, porque es del tipo que solo sabe querer a su manera. Demonios, ya estaba delirando, quito la sábana de mis piernas y me pongo de pie para dirigirme hasta el baño, al terminar de peinar mi cabello miro mis ojeras y tapo cada una con dos dedos, chasqueo la lengua.

Apenas había despertado y ya me sentía cansada. —¿Y si no voy?

—¿Qué? —Grita mi amiga del otro lado de la línea—. Estás loca, vendrás si no te obligaré a ir. Además Haider pasará a buscarte, ¿ya sabes que ponerte?

—Ese es el problema —miento—. No se que ponerme

—Ay vamos, no seas ridícula siempre puedo prestarte cualquier cosa, aunque no me creo el cuento de que no tienes nada. Larissa, te conozco y ya no estamos en la preparatoria, en algún momento debes volver a salir con alguien.

—No es por él —le digo convencida, pero Val sigue sin decirme nada— Bueno, si es.

—Que salgas con el chico que te gusta no significa matrimonio, tampoco que tendrás un bebé a no ser que... —aparto el teléfono de mi oreja cuando la escucho asombrarse por algún extraño o retorcido pensamiento suyo—. Ya lo entendí, ya... ya está claro.

Frunzo el ceño y miro mis uñas mientras espero que el omelette se cocine más—. ¿El qué?

—¿Han tenido sexo? —Agrando los ojos ante aquella pregunta.

—Mmm no.

—¿Cómo que, mmm no? Es si o no, decídete.

—Te dije que no —río ante su desesperación—. Val llevamos saliendo casi dos semanas y apenas hemos tenido tiempo para comer juntos.

—Eso no significa que no hayan encontrado un momento para follar...

—No... —advierto.

—En los baños de la universidad quizá...

—Valentina —Espero que diga algo más, pero solo se oye su respiración —¿Qué estás haciendo?

—Como buena ami-psicóloga que soy, estoy anotando todo en mi libreta para deliberar un diagnóstico.

| ATRACCIÓN ETÉREA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora