Nuestro Momento

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¿Cuánto tiempo piensas ausentarse Toga?—preguntó Rumo con seriedad.

Al menos unos tres días cuánto  mucho, se que ella también tiene que ir al palacio del viento del Oeste ya que lo gobernará.

Le darás el palacio para que ella asuma el control —Toga asintió ante el comentario de Ni.

No tenemos otra opción más que aceptar tus órdenes Inu no Taisho —comentó Go.

Entonces el palacio estará bajo nuestra protección aseguró San.

Ellos cuidaran bien de tu hogar y de tus amigos.

Toga salió en compañía del clan llevándolos a la entrada del palacio, se sintió tranquilo al saber que Rumo y los cinco demonios cuidarán del palacio.

Mañana al medio día vendremos a supervisar el lugar —habló Ichi.

Aprovecharemos para averiguar el tema de la bruja Yuki quien amenaza tus dominios —Shi estaba muy angustiado pues no desea que nada afecte al clan.

—Bien será momento de irnos, Toga tu vida pronto cambiará por completo y la de ella igual así que asegúrate de cuidarla.

Rumo se despidió haciendo una reverencia.

Los demonios se elevaron desapareciendo entre las nubes y cuando su presencia demoníaca se sintió distante Toga se encaminó a su habitación, sin duda sus nervios habían sido bien guardados pues desde la ceremonia ha estado pensando en un sólo evento.

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—Lo único que debe saber es que Toga la tratará bien y que no debe estar nerviosa.

—El sabrá como manejar la situación pero si no llega a suceder nada porque tu estas nerviosa no te sientas mal aveces pasa —Moji y Saya le dieron ánimos mientras que terminaban de prepararla.

—Pero si te lastima yo me aseguraré que el perro lo pague.

Irasue mostró una corta sonrisa al comentario de Nara, una cosa es saber la teoría y otra es ir a la práctica.

Lo que va a suceder es algo normal y... bueno... él sabrá manejar todo, tan sólo debo calmarme

—Patético pero gracias por todo chicas —habló finalmente.

Ellas hicieron una pequeña reverencia y luego salieron, Irasue se dirigió a la ventana redonda que llega casi hasta el suelo, tiene la vista hermosa que da al jardín donde se ve el árbol de Magnolia, pasaron algunos minutos cuando sintió la puerta abrirse pero ella no volteó, los nervios se lo impidieron, los pasos se acercaban a ella a la vez que su corazón se aceleraba, sintió como sus manos rodeaban su cintura marcada, el posó su barbilla en el hombro de ella y con sutileza olfateó su dulce fragancia.

Fue un grandioso día, ¿no crees?

—Tantas personas en un sólo lugar hicieron que me sienta asfixiada.

Vamos, acaso negarás que todo fue magnífico.

—Todo estuvo bastante bien y la bestia Mogro se lució con las decoraciones.

Este día lo recordarémos por el resto de nuestra vida, espero que estés lista para mañana porque nos iremos a un lugar especial.

Él hizo que ella se girase, empezó a besarla para luego ir bajando lentamente por su cuello dejando un camino húmedo y volviendo a subir, Toga tan sólo pensaba en el aroma embriagador que emana su cuerpo y es que olía tan bien que podría tener a sus pies miles de demonios, los besos comenzaron a subir de nivel pues sus bocas se buscaban con desesperación, necesitaban del otro para saciar la necesidad que crecía en ambos.

Irasue sentía cómo su calor corporal subía repentinamente y es que ella sabe lo que pasaría esa noche pero aún así en su interior siente nervios, Toga la levantó con cuidado y ella instintivamente entrelazó sus piernas al rededor de su cadera y con sus brazos se sujetó de su nuca.

Lentamente la sentó sobre el tocador de madera, ella aún se encontraba aferrada a él, la respiración de ambos se volvió más agitada, él colocó una mano en la cintura de ella y con la otra acarició su mejilla, el sabía que debía detenerse pero ¿cómo hacerlo? Sería una gran tortura para él pero ella tan solo estaría siguiendo las normas de la tradición y no por que ella está dispuesta, tan solo sentir sus labios con ese magnífico sabor le hacen perder la cordura a cada segundo y ni hablar de su aroma...Todo de ella lo vuelve loco pero ahora ya no puede disimularlo.

Ella le quitó la parte superior de su vestimenta tirándola al suelo, se detuvo en seco para observar cada detalle de él, su torso, sus fuertes brazos y sobre todo su abdomen que luego de tantas batallas está bien trabajado y marcado, él solo sonrió mientras Irasue tocaba delicadamente su pecho dejándose llevar por la maravillosa vista, volvieron a unirse en un beso desesperado, pero cómo no, si ella disfrutaba del sabor de menta que él posee, Toga dejó de acariciar su mejilla y comenzó a bajar por su cuerpo.

El sólo hecho de pensar que debajo de esa prenda ella ya no traía algo más lo descontrola, detuvo su mano justo en la atadura del juban, ella deseaba y temía pero no dudaba que él la trataría bien, sus impulsos le demandaban sentir las manos de el sobre su cuerpo.

¿Pero que le pasaba?

Nunca perdía el control ante cualquier situación pero con él todo es diferente.

—Se-será mejor que descansemos ya que tenemos un largo viaje que hacer.

Él se separó dejándola desconcertada y al borde de la confusión.

—¿Qué? Pero... tenemos... aguarda, tú no quie....

—Fue un día muy agitado y sé que también debes estar cansada, no creas que no quiero pero tú lo haces por seguir las normas.

—Y tú qué sabes si lo hago por seguir las tradiciones.

¿Crees que si no fuera por eso lo harías?, mira, por ahora no haré nada pero solamente quiero que descansemos, ven.

Pero que se ha creído este ponzoñoso, verás que te arrepentirás

Bien —se recostó a su lado con el seño fruncido—. Buenas noches Toga.

El tomó unas sábanas para cubrirse, le dio un beso en la mejilla y luego la abrazó por la cintura, al cabo de unos minutos ambos quedaron dormidos.

A la mañana siguiente fueron despertados por varios golpes en la puerta, Toga adormilado fue a ver quien los molestaba.

—No crees que es temprano para molestar.....dime que  quieres.

¿Temprano? Jajaja que tanto hicieron anoche —sonrió con picardía Renzo—. Ya está listo el desayuno y los estamos esperando desde hace media hora.

Estábamos cansados, nos quedamos dormidos pero ahora mismo iremos.

El despertó a Irasue para que se alistara, Moji entró  justo después de que Toga se marchó rumbo al comedor donde todos lo miraron.

Veo que el desayuno ya está listo.

Mira perro estúpido estuvimos esperando mucho tiempo que seguramente la comida ya se enfrió.

Seguramente estaban cansados querida —abrazó a Nara.

Y cómo no, de seguro ninguno durmió.

Renzo tú sí que no sabes cerrar la  boca.

Buenos días —saludó Irasue y tomó asiento al lado de Toga.

Pero esto es raro ella...ella aún está intacta pero acaso no paso nada anoche— pensó para sí misma Saya que la observó con angustia—. Irasue...

—Saya me  pasas el plato de verduras —Nara se apresuró a interrumpir para evitar un momento incómodo.

El desayuno transcurrió entre risas y las típicas discusiones de Nara y Renzo por la comida, Saya les informó que oficialmente estaba con Renzo y para festejar trajeron  un poco de lucir de durazno.

A pesar de todo Irasue aún estaba incómoda, se sintió no deseada y un extraña sensación se alojó en su pecho, en verdad creyó tener su noche de bodas pero no terminó de la mejor manera.




Nuestra Historia (Irasue y Inu no taisho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora