Nuestra Historia (Irasue y Inu no taisho)

El momento más esperado

Al entrar al despacho observó que todo estaba lleno de papeles desparramados, tazas vacías y vasos en el suelo, caminó hacia las ventanas para abrirlas y así pueda entrar un poco de aire.

—Moji dijo que me necesitabas —ella se sacudió las manos para quitar el polvo, no entendí por qué el lugar estaba tan sucio.

—Renzo y Saya se enfermaron, mandé a llamar un médico de nuestro clan para que los atienda, sería bueno que también te hagas revisar.

—Sabes perfectamente que nosotros no nos enfermamos con cosas de los humanos, ellos seguramente tienen un resfriado simple.

—De todas formas ve a que te revisen, dijiste que por el estrés del trabajo tenías dolores de cabeza frecuentes —bajó la vista a sus documentos—. Anda querida,el médico te espera.

—Sabes que eres un completo fastidio.

Se dirigió hacia el ala medica donde generalmente se encontraban las demonesas que atienden a los soldados quienes se lesionan cada vez que entrenan, al entrar observó a Saya y Renzo, estaban en tufones separados con algunos lienzos húmedos sobre sus frentes, su estado es sin duda deplorable.

El médico quien tenía marcas en el rostro al igual que Irasue se acercó hacia ella haciendo una reverencia, le indicó que pasará a otra habitación donde podría atenderla.

—El Lord Inu no Taisho me dijo que tendría que hacer un chequeo y asegurarme que se encuentre en perfectas condiciones.

—Entonces apresúrate.

Fastidiada se sentó en el futón.

Él acercó su mano de la cual salió un brillo resplandeciente de color blanco, colocó su mano cerca del rostro de Irasue mientras ella cerraba los ojos y cruzaba sus brazos, pasarón algunos minutos y la luz se empezó a apagar lentamente.

Ella no se sorprendió pues pasó bastante tiempo leyendo sobre las habilidades únicas de su clan, algunos demonios pueden ver el estado de salud mediante la transformación de su energía en luz que sale de sus palmas, esto les facilita diagnosticar enfermedades.

—Supongo que todo está en orden.

—Algo así, dígame, ¿ha estado comiendo y durmiendo bien?, ¿qué tan frecuentes son los dolores de cabeza?

—Como lo suficiente y duermo lo necesario, los dolores generalmente aparecen cuando estoy muy estresada.

—Luego de escanearla he notado que hay algo extraño, no sabría como describirlo, no creo que sea una enfermedad pero es algo casi indetectable aún si uso mis poderes —se giró y de su bolso sacó un frasco—. Necesitaré un poco de su sangre.

—¿Cree que sea una enfermedad?. ¿Es algo de humanos o de demonios?

—Como sabe, nuestra raza no se enferma con cosas absurdas de los humanos pero ciertos demonios crean las enfermedades en sus cuerpos que aunque no sean mortales no debemos pasarlas desapercibidas —con una aguja pinchó su dedo y dejó caer algunas gotas de sangre en el frasco—. Si su cuerpo creó alguna enfermedad lo sabremos pronto, el viejo Rumo nos ayudará a averiguarlo, mañana le mandaremos un mensaje dando los resultados.

—De acuerdo.

Salió a paso lento del ala medica pues aún pensaba en las palabras del médico

¿Acaso su cuerpo creó una enfermedad?

Ni ella misma había sentido nada inusual en todo este tiempo, su preocupación fue tanta que incluso desapareció su apetito.