1 - A pesar de que todo sigue unido

12.1K 151 10
                                    

Can

Nuestro amor triunfó a pesar de todo.

Tuvimos que enfrentar y superar tantos obstáculos: la terquedad, los malentendidos, el orgullo, la intromisión de personas que no nos querían juntos, una separación de un año y luego tanta angustia, tanto resentimiento, tanta decepción por lo que nos habían hecho.

Cuando me fui me sentí traicionada, cuando volví sentí un enorme sentimiento de culpa, una angustia insoportable al pensar en lo que ella vivió cuando yo no estaba. Nunca había pensado que pudiera herirla tan profundamente, que realmente no pudiera aceptar vivir sin mí, estaba seguro de que habría seguido con su vida, que habría seguido viviéndola como si yo nunca hubiera existido.

Debería haber sabido que no sería así, no había podido, durante todo un año no había hecho otra cosa que pensar en ella, mi vida se había quedado atascada en una especie de limbo en el que no había lugar para nadie ni para nada que no fuera ella.
No trabajé, corté todo contacto con amigos y familiares, me aislé del mundo para curar las heridas de un corazón que no quería sanar, que no quería resignarse a vivir sin ella.

Tuve que imaginar que su corazón habría hecho lo mismo, nuestras almas se habían encontrado y reconocido incluso antes de que tuviéramos la oportunidad de vernos la cara. Tuve que imaginar que nunca se resignarían a estar separados, que nunca aceptarían rendirse, que nunca cederían.

Al cabo de un año, me bastó con volver a verla para comprender que nada había cambiado, que mi amor por ella no había decaído, sino que se había fortalecido en la conciencia de que era imperecedero, inagotable, nada podía destruirlo, era eterno. Tenía que ser paciente, mi corazón tenía que buscar el suyo en ese lugar oculto donde había ido a esconderse, herido y temblando ante la idea de seguir creyendo que podía haber esperanza para nosotros.

Había sido un milagro o quizás estaba destinado a serlo, no podía ser de otra manera teníamos que buscarnos y encontrarnos de nuevo, no podíamos existir el uno sin el otro.

Poco a poco fuimos encontrando el camino para volver a confiar en ese amor tan fuerte que ni siquiera la distancia y la decepción del abandono habían podido destruir, había costado tiempo y paciencia pero al final pude volver a tenerla entre mis brazos, mi dulce erkenci kuş había vuelto a mí, nos habíamos vuelto a encontrar para no dejarnos nunca más.

Sanem

La idea de haberle perdido para siempre me había aniquilado, había perdido completamente el contacto con la realidad, una realidad sin él me parecía intolerable de vivir y aceptar.

Me había refugiado en un mundo hecho de recuerdos y sueños de nosotros, vivía en una vida paralela donde mi mente se alimentaba de lo que habíamos vivido y de las ensoñaciones de nuestro futuro juntos: casados, nuestra casa, nuestros hijos, nuestra vida en común, me pasaba los días y las noches elaborando imágenes que me ayudaran a sobrevivir.

No había sido fácil salir de ese torbellino de angustia e irrealidad que se alternaba, la primera desgarrando mi alma y la otra apurando para ayudarme a pasar otro día sin él. La destreza de los médicos y una pequeña llama, un rayo de esperanza de que algún día podría volver, me habían ayudado finalmente a volver a la realidad.

Había conseguido crear en la finca de Mihriban un oasis de felicidad que me permitía llevar una vida casi normal, una apariencia de vida que no era feliz, porque sin él no podía haber más felicidad, pero aceptable, pacífica aunque vacía.

Su regreso había sido impactante y estimulante al mismo tiempo, mi corazón, a pesar de las llamadas a no esperar, a pesar del miedo a poder volver a confiar, a pesar del resentimiento por su abandono, no había querido saber cómo rendirse.

Había empezado a latir de nuevo a un ritmo enloquecido desde el primer momento en que le había visto de pie en aquel muelle, y no había querido parar.

No había sido fácil mirarle con una mirada esperanzada, no había sido fácil pensar que podía volver a confiar y a contar con él, no había sido fácil volver a dejarme llevar por esa estimulante sensación que sólo con él, era consciente, podía sentir.

Había llevado tiempo, había habido acercamientos y pasos en falso, apertura y reticencia, deseo y miedo, pero al final nuestros sentimientos habían vuelto a prevalecer con más fuerza y contundencia que nunca.

Volvimos a estar juntos, a pesar de todo seguimos juntos.


Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora