5 - Suspendido

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Sanem

Can está estable, estamos frente a la ventana de cristal de la habitación donde está hospitalizado con Aziz, Huma, Emre y Layla, el médico nos dice que pronto saldrá de la unidad de cuidados intensivos y será trasladado a una sala ordinaria.

- Poco a poco comenzaremos un proceso de despertar, no sabemos qué secuelas ha sufrido como consecuencia del grave traumatismo que sufrió su cabeza en el impacto con las chapas del coche en el momento del accidente y la ausencia de oxígeno que sufrió su cerebro en esos momentos en los que su corazón se detuvo. Tendremos que esperar a ver qué pasa...

Layla me pasa un brazo por los hombros para consolarme, llevo dos días en este pasillo, sólo salí unos minutos para refrescarme y ponerme la ropa limpia que me trajo mi hermana. No puedo alejarme de él, necesito poder verlo, necesito ver su pecho subir y bajar con el ritmo de su respiración, necesito asegurarme de que su corazón sigue latiendo.

Una vez trasladado, los médicos intentan despertarlo pero es en vano, sus ojos permanecen irremediablemente cerrados, su cuerpo inmóvil, nos dicen que esto puede pasar, se necesita tiempo para que el hematoma creado en su cráneo se reabsorba y deje de ejercer presión sobre la masa cerebral, no podemos hacer nada más que esperar.

Los días se convierten en semanas, he salido del hospital durante unas horas para ir a casa a ducharme y descansar, luego vuelvo a su lado, no puedo alejarme de él. Llega el día que habíamos fijado para nuestra boda, un día que se suponía iba a ser el más alegre de nuestras vidas pasa en la tristeza de su inmovilidad que me destroza y aterroriza.

Una mañana vi aparecer al capellán que había oficiado aquella terrible noche, a petición mía, la breve ceremonia antes de que Can cerrara los ojos y no los volviera a abrir.

- Buenos días señora, le he traído los documentos relativos al matrimonio -

Le miro interrogante pensando en la boda que se ha fijado desde hace tiempo y que desgraciadamente no pudo celebrarse.

-Este es el certificado de matrimonio, es perfectamente regular, está previsto que en estas situaciones de emergencia se pueda llevar a cabo una ceremonia reducida como la que oficiamos, sólo se necesita mi presencia y tu consentimiento, que lo tuvimos, así que es perfectamente válido, sois marido y mujer a todos los efectos. Os deseo lo mejor y que pronto podáis retomar vuestra vida en común görüşürüz, adiós .

Tomo el documento que me entrega, aturdida ante la idea de que a pesar de todo teníamos nuestro final feliz, había olvidado por completo aquellos momentos de desesperación en los que había llamado al capellán, pensaba que era algo que sólo tenía valor para nosotros, un intercambio de promesas solemnes hechas con todo el corazón en un momento de extremo dramatismo.

Saludé al capellán y estreché la mano de mi Can, mi marido.

-¿Has oído eso, Can? Somos marido y mujer, por favor, vuelve a mí lütfen, por favor, vuelve a vivir conmigo nuestro final feliz, nuestro para siempre, el que hemos estado esperando tanto tiempo y merecemos. Lütfen, por favor...

No le diré nada a nadie, quiero dar la noticia a todos cuando Can se despierte, haremos una sorpresa inesperada a la familia y amigos juntos.

Las horas y los días se alargan lenta e interminablemente, me paso horas hablando con él, le cojo de la mano y le cuento lo que haremos una vez que esté curado, leo y releo en voz alta mi libro sobre nuestra maravillosa historia de amor y los poemas de amor de los autores que siempre nos han gustado a los dos.

Estamos suspendidos en un espacio donde el tiempo se expande infinitamente y no tiene límites, es como si estuviéramos en el cuento de "La Bella Durmiente" y un hechizo hubiera caído sobre nuestras vidas y todo se detuviera esperando su despertar.

Mi corazón vuelve a estar atenazado por un vicio de angustia, una vez más estamos divididos, pero esta vez no es el océano lo que se interpone entre nosotros, es un espacio insondable donde nadie puede llegar y llamarle a la realidad.

Nuestras vidas están suspendidas, yo misma me siento suspendida en una dimensión en la que incluso respirar parece requerir un esfuerzo titánico, necesito creer que volverá a mí pronto, debo ser fuerte y tener fe en él.

Estoy seguro de que volverá de nuevo, encontrará su camino hacia mí de nuevo, estoy seguro, sólo tengo que esperar.

Can

Me siento suspendido en una oscuridad infinita, todo es silencio y oscuridad, ningún sonido, ninguna percepción, ningún dolor.

Suspendido, así me siento, suspendido esperando algo o alguien, ¿qué me está pasando? ¿Dónde estoy? ¿Por qué no siento nada? ¿Estoy muerto? ¿No debería estar en el cielo entonces?

Siento una necesidad imperiosa, siento que debo hacer algo, como si me sintiera llamado a actuar, pero ¿qué?

Debo buscar, buscar un camino, una senda que me lleve... ¿a dónde? No sé, fuera de esta oscuridad, debe haber luz en alguna parte, tengo que encontrarla, tengo que volver, no sé por qué pero siento una fuerza perturbadora que me dice que tengo que volver.

Pero, ¿dónde y, sobre todo, a quién?

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora