40 - Nueva conciencia

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Can

Llego a la finca que ya se ha puesto el sol, apenas me he dado cuenta de que me he pasado todo el día sentado en esas rocas cavilando.

Me doy una ducha rápida, me cambio para estar presentable y vuelvo sobre mis pasos con Sanem para ir a cenar a casa de Mihriban y mi padre. ¿Qué tan hermosa se veía esa noche con ese vestido? Aquel beso en el muelle debió hacerme ver que ella era algo especial para mí, pero una vez más, los fuertes sentimientos que había sentido sólo habían tenido el efecto de ahuyentarme, de hacerme huir.

Aquel beso había provocado una explosión de pasión, un sentimiento intenso y profundo, había sentido algo que nunca había sentido con ninguna mujer antes de ella, había sentido por primera vez la sensación de pertenecer a alguien y esta conciencia me había aterrorizado.

Llego a la casa de campo y llamo, Mihriban abre la puerta y me mira asombrada, me dice que si busco a Aziz todavía no ha vuelto de la agencia.

- No, no he venido por mi padre, he venido por ti, ¿podemos hablar? -

-Tabiki, por supuesto, ven a sentarte fuera, ¡hace una tarde tan bonita! -

Nos sentamos juntos en un banco de su jardín, me da vergüenza, apenas nos conocemos. Respiro profundamente y pregunto - Mihriban ¿sabes dónde está Sanem? -

Permanece unos instantes en silencio y luego se gira para mirarme - Me llamó esta mañana, no me dijo dónde estaba, sólo dijo que estaba bien y que volvería en unos días, después de...-.

Asiento bajando la cabeza - Después de que me vaya, ¿verdad? -

- ¿Qué quieres Can, que al salir te salude sonriendo desde la entrada agitando un pañuelo blanco?
¿Qué más quieres de esta chica?
Tenías su amor, tenías su corazón, su lealtad, su confianza y no sabías qué hacer con ella, ¿qué más quieres? - Respira profundamente y luego pregúntame:
- ¿Puedes decirme cómo nos conocimos Sanem y yo? -

- Le pregunté, pero dio una respuesta evasiva y cambió de tema, ¿cómo se conocieron? -

- Fui una de las voluntarias que visitó a los enfermos en la clínica donde estaba hospitalizada.

Me giro y la miro, asombrado.

- Evet, sí, durante años he ido una vez a la semana a esa clínica para llevar algunas flores cortadas de mi jardín para alegrar las habitaciones de los pacientes, en cuanto la vi supe que era una criatura maravillosa, lo pude sentir.
No quiero entrar en detalles pero basta con saber que no era ella, simplemente Sanem no estaba allí, era un cuerpo sin corazón y sin alma, se los había entregado a su albatros que se los había llevado con ella.
No le fue nada fácil remontar la pendiente de la desesperación en la que había caído, tardó meses en ver una chispa de vida y otros meses en sonreír.
Quería que estuviera aquí conmigo porque sabía que era lo que necesitaba en ese momento, que este lugar le habría venido bien, le habría ayudado a reencontrarse a sí misma y así fue.
Poco a poco volvió a florecer, no se la podía definir como feliz, pero poco a poco fue recuperando la vivacidad y la energía, pero sólo cuando volviste a ver a la chica maravillosa que había sido volvió a la vida. ¿Sabes por qué me llamó Can? Para decirme que se va -

Jadeo ante esta noticia. - ¿Cómo se va a ir? -

- Dijo que viene a recoger sus cosas para mudarse a otro lugar, dada mi conexión con Aziz dijo que es justo que pueda tener a su hijo cerca cuando decida volver, se siente fuera de lugar ahora y dijo que es mejor que siga su camino, hacer su propia vida en otro lugar -

Vuelvo a bajar la cabeza, la culpa me corroe ahora, le he quitado hasta el oasis de paz que tanto amaba, está cortando todos los lazos conmigo, la agencia, la hacienda se está asegurando de que no haya manera de que nos veamos en el futuro

Me levanto de golpe y empiezo a pasearme de un lado a otro pasándome las manos por el pelo, siento que no puedo respirar.

- ¿Qué he hecho Mihriban? Lo destruí todo, la lastimé y destruí todo. He hecho todo mal, todo con ella, quiero arreglarlo de alguna manera, pero no sé qué hacer. Me voy de Mihriban, no puedo echarme atrás a estas alturas, ¿cómo puedo dejar atrás esta confusa situación? -

-Escucha, no sé realmente dónde está, siento no poder ayudarte, pero puedo decirte una cosa: el amor, el verdadero amor, cruza todas las fronteras, incluido el tiempo.
Mírame a mí y a tu padre, si es amor, amor verdadero, lo soportará todo y superará cualquier cosa, incluso con treinta años de diferencia.
Si es amor verdadero no dejarás de luchar, de buscarla, de desearla, si no puedes hablar con ella antes de irte utiliza este tiempo para profundizar, pregúntate lo que realmente sientes y dependiendo de la respuesta que te des podrás actuar en consecuencia una vez que estés de vuelta...

Asiento con la cabeza - Tienes razón, hacer promesas hoy diciéndole que volveremos a hablar de ello cuando vuelva es un insulto más, otra herida que compensar. Me precipité, no pensé antes de actuar y una vez más estoy cometiendo el mismo error, está claro que no quiere que la encuentren ahora mismo y llegar a ella y dejarla inmediatamente después para que se vaya sería una muy mala idea. Todavía estoy confundido y me arriesgaría a hacer más daño, probablemente sea mejor que me vaya, haga mi trabajo y vuelva lo antes posible para tener una charla seria con ella, con calma, no con tarjetas de embarque en el bolsillo del pantalón.

Gracias Mihriban, has sido inestimable, acogiéndome y aconsejándome como un hijo. No lo olvidaré.

Se acerca y pone su mano en mi mejilla sonriendo con tristeza -Cómo me gustaría que fueras realmente mi hijo, si las cosas hubieran tomado otro rumbo lo serías, pero nada quita que puedas serlo en el futuro. A veces los lazos que eliges pueden ser mucho más profundos que los naturales, sólo tienes que quererlos.

Estoy aquí cuando quieras, os quiero a los dos, a ti y a Sanem, os deseo todo lo mejor que vuestro corazón pueda desear -

Sus palabras me conmueven, es bonito poder saborear el calor maternal que siempre me ha faltado, quizás ahí se encuentren muchos de mis miedos al amor, en el hecho de no haber recibido ninguno, por lo que siento que no lo conozco y por tanto no sé sentirlo.

Le doy un beso en la mejilla y me voy a casa, ella ha sido un gran consuelo para mí y me ha ayudado a aclarar mis ideas, no puedo ir a Sanem prometiendo pensarlo, en este momento tengo que volver a Sanem sabiendo que la quiero, la quiero siempre y para siempre.

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora