60 - Tan bonito

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Sanem

"No tengas miedo Sanem, a partir de ahora estaré ahí para ti, siempre y para siempre"

No puedo creer que esté aquí conmigo y no puedo creer las palabras que acaba de susurrarme, llevando mi mano a sus labios, de esa forma tan dulce y seductora que siempre he adorado.

Sacudo la cabeza incapaz de asimilar la realidad que me encuentro viviendo, estoy a punto de preguntarle cuáles son sus intenciones cuando él mismo lo aclara con una simple pregunta.

- ¿Y bien? ¿Dónde vamos a vivir en San Diego?

- ¿Lo estamos? -

- Por supuesto, no creerás que te voy a dejar ir después de haberte encontrado por segunda vez en pocos días, somos marido y mujer, por supuesto que vamos a vivir juntos -

- Can...

Una vez más sus dedos colocados sobre mis labios en una suave caricia me impiden contraatacar.

- Hablaremos más tarde, ahora mismo sólo quiero saber sobre el lugar que elegiste para vivir en San Diego, tengo curiosidad -

A pesar de mí mismo me dejo llevar por el entusiasmo de describir la casa de campo en la playa del Pacífico que he elegido para mi estancia, tiene grandes ventanales y una terraza que da a la vegetación que da a la playa, tiene una vista espectacular, es pequeña pero amueblada con gusto.
Me enamoré inmediatamente de él en cuanto vi las fotos en la página web de alquiler.

Me mira sonriendo y me pregunta detalles sobre el nuevo trabajo por el que me voy a California, en poco tiempo me dejo llevar y empiezo a contarle lo que voy a hacer en colaboración con la editorial americana y la idea que tenía para mi tercer libro.

Hablo durante un largo rato con entusiasmo sobre el trabajo que me espera, en un momento dado noto su intensa mirada fija en mí - ¿Qué es? ¿Qué está pasando? -

Niega con la cabeza - Nada, es que acabo de ver una foto en la que estamos sentados en un muelle y estoy allí, exactamente igual que ahora, encantado con tu energía, tu genuino entusiasmo, tu ensoñación de escribir tu libro algún día -.

Le miro sorprendida, asintiendo emocionada - Es un recuerdo, de Ağva, estábamos justo en un muelle y te contaba mi sueño de ser escritora - Le miro ladeando la cabeza - ¿Cuántos de estos fragmentos estás recordando? -

- Como cada vez estoy más cerca de ti, creo que eres mi medicina Sanem...

- Qué bonito lo que has dichoo.... -

Frunzo el ceño tratando de redimir mentalmente mi voz interior que, al parecer, está empezando a tener un poco de debilidad por el Sr. Divit últimamente.

Can me mira interrogativamente, yo niego con la cabeza cambiando de tema - Tenemos tiempo, cuéntame algo de ellos -.

Me describe varias imágenes que ha visto aparecer de repente, muy a menudo sin contexto pero, algunas veces, cargadas de todas las emociones que sentía.

- Aquel beso de Sanem, recuerdo nuestro beso robado en la oscuridad de aquel teatro y con las imágenes de nosotros estrechados en un abrazo recuerdo exactamente cada sensación molesta que sentimos. Lo describiste en tu libro pero lo que siento no tiene nada que ver con tu descripción, es algo poderoso e instintivo, sentí algo que nunca antes había sentido, sentí que te reconocía como el único para mí -

Me quedo sin aliento,
Ni siquiera Can, mi Can de antes, me había hablado así de nuestro primer encuentro, es precioso lo que me acaba de decir, me veo obligado a apartar la vista y mirar por el ojo de buey unos instantes para recuperar la compostura.

La llegada de la azafata con el carrito de la cena interrumpe ese momento tan fuerte y emotivo, ante el que no supe exactamente cómo reaccionar, me hubiera gustado echarle los brazos al cuello y abrazarlo con fuerza pero no era ni el lugar ni el momento.

Cenamos charlando, luego anuncian que van a proyectar una película, una comedia romántica, deberíamos estar cómodos para verla pero claramente me cuesta encontrar una posición que lo sea, veo que en algún momento levanta el reposabrazos que divide nuestros asientos y me atrae hacia su pecho para que me tumbe - Ven, así estarás más cómodo -.

Me suelto, mi corazón late a mil por su cercanía, por su calor, por su olor y cuando me abraza casi me desmayo de la emoción, y otra vez ella:

 - Qué bonitooooo-

Nada, ya ni siquiera puedo confiar en mi voz interior, Can Divit ha conseguido hechizarla incluso a ella, no hay mujer que se le resista, ni siquiera las imaginarias.

Disfruto de estos momentos en sus brazos mientras mi corazón late a un ritmo enloquecido por su cercanía, pero también por algo en mi interior que me exalta y asusta al mismo tiempo.

¿Por qué está conmigo en este avión? ¿Qué significa para él y para nosotros?

Casi tengo miedo de averiguarlo, de volver a engañarme a mí misma, pero se siente tan bien estar en sus brazos....


Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora