Siempre y para siempre

25 - Tasselli

Can

Sanem no me contesta me está volviendo loco, tengo mi teléfono cerca todo el tiempo durante el fisio pero mi mensaje sigue sin aparecer.

Estoy empezando a preocuparme, ¿puede haberle pasado algo? ¿Por qué ha desaparecido así?

Tardo en darme cuenta de que definitivamente estoy siendo incoherente, no quiero que me reclame derechos, pero necesito saber dónde está y qué está haciendo...

No sé qué me pasa, quizá sea el casi-marido de Can que hay en mí el que siente esta preocupación acuciante.

Cuando termina la terapia me doy una ducha rápida y luego me siento en el sofá del porche con el teléfono en la mano, miro la pantalla cada 10 segundos esperando ver aparecer esas líneas azules que indican "CAMA". Parece que el tiempo no pasa, creo que le puede haber pasado algo, los accidentes ocurren, yo soy prueba de ello.

Me paro a pensar en mis sentimientos en ese momento, no puedo estar tan preocupado por una chica que conocí unos días antes, sólo pueden ser sentimientos mucho más arraigados, los del Can locamente enamorado de su Sanem, no hay otra explicación.

Empiezo a casi odiar a ese Can que ha conquistado su amor tan puro y sincero, le quiere a él, no a mí, tardo unos instantes en darme cuenta de lo que he estado pensando, Uff Can sigues teniendo ataques de un síndrome disociativo al parecer, soy pero no soy, quiero pero no quiero.

Han pasado horas desde que envié ese maldito mensaje y parece haber desaparecido en el aire.

Me pongo de pie y camino de un lado a otro bajo el porche, de vez en cuando me detengo para comprobar la pantalla, el sol casi se ha puesto y un viento frío viene del Bósforo, entro en la casa para ponerme una sudadera y mientras vuelvo al porche poniéndomela en la cabeza por fin oigo una notificación.

- Muy bien, nos vemos en la entrada a las 8:30 -

Lapidario, ni una palabra más ni una palabra menos, dejo escapar un suspiro de alivio al pensar que está bien y que no le ha pasado nada, poco después oigo que un coche se acerca a la puerta y la veo dirigirse hacia su casa. La llamo, me sonríe y me saluda desde lejos con la mano - Voy a refrescarme y estaré allí ¡Can, si no llegaremos tarde! - Una sonrisa tonta aparece espontáneamente, no sé por qué pero temía que estuviera enfadada conmigo por lo que había escuchado en la sala de reuniones en lugar de eso parece la misma Sanem de siempre, bueno me siento aliviado.

Me siento en el sofá de la casa por fin tranquila, cojo el teléfono y abro Facebook, quién sabe por qué el primer nombre que me sale naturalmente es el de mi vecino.
En su foto de perfil está escandalosamente guapa, no sé por qué pero estoy seguro de haber tomado esa foto, de hecho sé por qué y de repente me doy cuenta. Los ojos de Sanem brillan con un amor sin límites y siento visceralmente que era a mí a quien miraba de esa manera.

Mis reflexiones se ven interrumpidas por una llamada entrante, no reconozco el número y no está registrado en la agenda, contesto - ¿Hola? -

- ¿Puede? ¿Cómo estás? Estoy preocupado por ti, ¿estás bien? -

- ¿Quién está al teléfono? -

-¿Cómo que quién es? -Es tu madre. ¿Ya no te acuerdas de mí? -

- Huma, si ni siquiera tengo tu número en mi agenda telefónica, debe significar algo, ¿no? De todos modos, sí, estoy bien gracias -

-No hemos podido hablar en paz, esa chica siempre nos detiene, ¿qué tal si vengo a verte y hablamos un poco? -

- La chica se llama Sanem y según lo que me cuentan me iba a casar con ella así que, el hecho de que la llames así me hace entender que no lo aprobabas, no tenía ninguna duda al respecto, que nunca pueda ser que Can pueda ser feliz y amado en su vida, siempre te aseguraste de evitar que eso sucediera desde que tengo uso de razón -