69 - Ahora y siempre

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Can

Su beso fue repentino e inesperado, mi corazón latía a mil por el miedo que sentí al no verla emerger una vez que cayó del oleaje y se volvió definitivamente loco cuando sentí el agarre de sus manos en mi cara, sus labios en los míos, ese sabor suyo que ya desde nuestro beso en el muelle había reconocido sólo capaz de hacerme perder el control.

Fue un momento exaltante, increíble y maravilloso, haberme encontrado de nuevo, haber podido por fin abrirle mi corazón y descubrir que lo que sentía en el fondo no era más que lo que ya le había confesado cuando le había pedido matrimonio.

Nos quedamos durante horas en la orilla del mar abrazados y perdidos el uno en el otro, en el calor, en el sabor de los labios y la piel del otro que volvimos a sentir parte de nosotros mismos.
El sol se puso sobre esas efusiones y esas frases de amor susurradas que deseábamos que nunca terminaran.
A regañadientes, tuvimos que disolver nuestro abrazo para recoger nuestras cosas y dirigirnos a casa, luchando por apartar los ojos el uno del otro, con las manos tendidas para estrecharse a cada oportunidad durante el viaje en coche.
Una vez que llegamos, me di una ducha rápida para dejarle tiempo de sobra para que se refrescara mientras yo me encargaba de preparar la cena y algo especial para esta noche tan especial.

Cuando por fin sale por la puerta de la habitación todo está listo en la terraza, extiendo una tela sobre la que he colocado varios mullidos cojines del sofá, en medio de nuestra cena y alrededor decenas y decenas de velas para iluminar la noche californiana sin necesidad de encender la luz.

Le sonrío y me dirijo hacia ella, tendiéndole la mano para que se siente, sirvo un poco de prosecco en una copa de cristal y de repente recuerdo por qué -me serví un poco y me pregunté por qué me había venido tan espontáneamente-, entonces recordé a una hermosa chica, decididamente achispada, invitándome a bailar con un "Kötü krala vieni", diría que no se puede manejar muy bien el alcohol, ¿no? -

Sonríe escondiendo la cara entre las manos por la vergüenza de nuestro primer baile juntos en el que prácticamente se quedó dormida en mis brazos - Hatırlıyor musun, ¿te acuerdas? -

Sonrío divertida- Evet, sí, lo recuerdo perfectamente, recuerdo lo maravilloso que fue tenerte por fin en mis brazos por primera vez, tu aroma embriagador, tu pelo rozando mis brazos desnudos mientras te estrechaba contra mí-.

Tomo su mano y me la llevo a los labios para luego llevar un bocado de comida a su boca, comemos así, alimentándonos mutuamente sin dejar que nuestras manos entrelazadas se fundan y nuestras miradas atentas se separen.

Cuando termina la cena, cojo el teléfono, busco lo que necesito y lo dejo, me levanto y le ofrezco la mano.

- Ven mi harika kraliçe, mi maravillosa reina quiero volver a bailar contigo esa canción que no puede ser más apropiada para describir mis sentimientos -.
Me coge de la mano y se levanta rodeando mi cuello con sus brazos mientras yo la estrecho entre los míos, nos movemos lentamente al ritmo de esta hermosa canción y sólo puedo repetir las palabras que corresponden exactamente a lo que siento en mi interior.

- No puedo estar sin ti, nunca estaría lleno de ti aunque viviera otros mil años, te he dado mi corazón Sanem -

Me mira con ojos brillantes que reflejan todo el amor posible - Podría decirte exactamente lo mismo, eres el centro de mi mundo, eres mi todo, eres una parte esencial de mi corazón Puede Divit agradecerte que vuelvas a mí y le permitas latir de nuevo-.

Nos miramos largamente a los ojos que reflejan el mismo sentimiento poderoso que nos trajo hasta aquí a pesar de todas las dificultades y caídas, nuestras almas y nuestros corazones se encuentran y se entrelazan en este abrazo y un beso que es amor y pasión, perdón y renacimiento, promesa y devoción.

A lo que ahora considero "nuestra" canción le siguen otras, casi no nos damos cuenta porque estamos tan metidos en nuestro amor, me vienen a la mente otras imágenes del pasado, otros bailes en los que el mundo dejó de existir para nosotros como en este momento. Cada vez me parece más que nuestra historia no es más que una interminable repetición de intensos y maravillosos momentos de amor y creo que no hay mejor momento que éste.

- Sanem, cada vez recuerdo más cosas del pasado, recuerdo las mil razones por las que no puedo evitar enamorarme de ti, recuerdo perfectamente otra de las innumerables propuestas que te hice, aquella durante mi fiesta de cumpleaños, donde te dije mi corazón, mi vida, mi alma... ¿te quieres casar conmigo?

Entonces ..... -

Dejo que mis manos suban desde su espalda hasta su cuello, llego al cierre de la cadena que siempre lleva al cuello y la abro, tiro hasta liberar los preciosos anillos que guarda ocultos bajo su ropa directamente en su corazón.

Tomo la de la piedra de ámbar y me arrodillo ante ella.

- Sanem, esta piedra hizo su magia, realmente me llevó a donde estaba mi amado, ya sea Cornualles o California, porque este es nuestro destino, esto está escrito para nosotros.

Te pregunto de nuevo, ¿quieres ser ahora y para siempre mi esposa Sanem?

¿Quieres vivir todos los días de nuestra vida juntos?

¿Quieres envejecer conmigo y no soltar nunca mi mano?

¿Quieres hacer mi vida feliz y completa como sólo tú puedes hacer?

- Oh Can, casi hemos perdido la cuenta de las veces que me lo has preguntado pero siempre parece que es la primera vez, mi amor por ti ha permanecido inalterable o, mejor dicho, ha ido creciendo poco a poco con el tiempo y por eso sólo puedo responderte mi corazón, mi vida, mi alma evet, sí absolutamente sí, un millón de veces más sí.

Quiero ser tu esposa ahora y para siempre.

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora