Siempre y para siempre

19 - Realidad

Can

Después de despedirme de Metin, como siempre, me costó mucho conciliar el sueño, con los miles de pensamientos que se arremolinan en mi mente era casi imposible conciliar el sueño.

Al girar a un lado en un momento dado vi el libro de Sanem que había puesto en la mesilla de noche prometiéndome leerlo pronto: ¿qué mejor momento que éste?

Me puse cómodo, apoyado con dos almohadas en el respaldo, y empecé a leer, era un viaje a una maravillosa historia de amor, única como dijo Metin antes. Es muy buena escribiendo y la similitud entre el crecimiento que se experimenta dentro de una historia de amor y el viaje que hacen los pájaros en busca de la verdad atravesando los 7 valles: celos, dominio, amor, creencia, confianza... me pareció perfecta para hacer la idea de cuántos elementos entran en juego para que una relación funcione.

Nosotros, según lo que está escrito en el libro, tuvimos que lidiar con cada uno de ellos para hacer crecer ese sentimiento instintivo e inmaduro que nos había envuelto al principio y hacer que se convirtiera en un amor que ardiera poderosamente. Los malentendidos que surgieron entre nosotros entonces lo destruyeron todo, destruyeron el Fénix que renació con dificultad de sus cenizas, pero él lo hizo y pudo realizar su más hermoso sueño, una vida con su albatros y sus tres hijos.

Es casi de madrugada cuando cierro el libro por la última página, ha sido un viaje dentro de ella, dentro de mí y dentro de nosotros como pareja, he entendido mucho más de nuestro estar juntos, del sentimiento que nos unía, de sus sentimientos por mí que evidentemente se reflejaban en los que yo sentía por ella porque, si no, no habría hecho todo lo posible por tenerla de vuelta una vez que regresé.

El único problema es que esos 7 valles que atravesaron Can y Sanem, ese crecimiento progresivo que experimentaron durante esos dos años no lo recuerdo, no recuerdo haberlo vivido, aún estoy en la etapa en la que todavía me doy cuenta de que tengo que despegar para buscar la verdad.

Me duermo con este pensamiento y me despierto poco después de que ya es hora de prepararnos para nuestra cita a las 9:00. Miro por la ventana francesa de la cocina y ahí está, mi elfo ha vuelto a hacer su magia y una bandeja con un rico desayuno me espera en la mesa bajo el porche. Salgo y leo sonriente su nueva nota.

"Günaydın, buenos días Can, acostúmbrate a mis platos, no te he hecho la compra a propósito porque no quiero que pienses en nada más que en descansar y recuperarte pronto.
Sonra görüşürüz, hasta luego".
Sanem

Nada, se empeña en mimarme a toda costa, me hace sentir bien la idea de que alguien se preocupe tanto por mí, me hace sentir querida.
Con este pensamiento mi estado de ánimo cambia, a donde quiera que mire y con quien hable me dicen una y otra vez que la amé tanto, que el nuestro fue un gran amor, que nos amamos profundamente, un amor único.
Incluso la lectura del libro no había hecho más que confirmar lo que Sanem, mi padre y Metin me contaron sobre nuestra historia, pero mi ser se rebela contra la idea de que tengo que amar casi por encargo, no puedo explicarlo ni siquiera a mí mismo, pero me parece que estoy tan lejos de sentimientos tan profundos que nunca en mi vida imaginé sentir.

Como algo más pero se me ha quitado el apetito, el día no parece haber empezado con buen pie, termino de arreglarme y salgo para encontrarla ya al final del camino de entrada lista para salir.

Me dice que ha llamado a un taxi porque mi coche ha quedado destrozado en el accidente y se me ocurre que si decido quedarme tendré que comprar otro, inmediatamente me doy cuenta de que he cometido una metedura de pata.
Se gira para ir hacia la entrada de la finca pero sé que mis palabras la han herido, soy consciente de ello, pero no parece el momento adecuado para exteriorizar las dudas que me desgastan desde hace días.

En el coche se queda callada, sé que le he dado que pensar, pero cínicamente pienso que tal vez sea bueno que haya dejado escapar esa frase infeliz porque, de esta manera, puede entender que para mí ahora mismo todas las posibilidades están abiertas.
No puedo tomar ninguna decisión sin profundizar en mis deseos, sin entender lo que realmente quiero para mí y para mi vida.

Llegamos a la agencia y nada parece haber cambiado, parece que fue ayer cuando entré saludando a todos después de un largo viaje a Camboya en el aniversario del Fikri Harika.

Reconozco las caras de muchos de los empleados, luego veo a Deren y a Cey Cey avanzando por el pasillo, el que aparentemente se ha convertido en mi socio minoritario.

Me saludan muy cordialmente, evidentemente con el tiempo nuestras relaciones se han vuelto mucho más amistosas de lo que recuerdo en este momento, también se nos une un hombre de aspecto curioso con una pluma colgando del pendiente que lleva en la oreja derecha. Se presenta como Muzo y, por las pocas bromas que hace, entiendo lo que quiso decir Sanem al decir que era un sujeto muy "pintoresco", pero debo decir que me resulta simpático.

Entramos en el despacho de mi padre y nada parece haber cambiado, Aziz está en su antiguo escritorio, veo que Emre se levanta de la silla del despacho de al lado para acompañarnos, todo parece exactamente igual que la última vez que estuve allí, lo único diferente es la presencia de Sanem aunque, nada más entrar, se ha eclipsado, creo que tal vez la vi entrar en el despacho de Layla.

Pienso en las palabras que dije esa mañana, supongo que no vive bien con ellas, me doy cuenta de que la herí, algo que prometí no hacer.

Lo siento, lo siento de verdad, pero no puedo esconderme, esta es la realidad de mi vida ahora mismo.