22 - Altas y bajas

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Sanem

De alguna manera el día ha cambiado de rumbo, el ánimo ha cambiado mucho en comparación con el viaje en taxi de la mañana, las escaramuzas jocosas de antes han aligerado mi corazón de un enorme peso.
Se siente extraño estar de nuevo en el coche con él, un coche completamente diferente comparado con su jeep que tanto echaré de menos, fue testigo de gran parte de nuestra historia, subirse a él era como volver a casa, con ese bendito cinturón de seguridad que se bloqueaba cada vez que había sido el motivo de los primeros toques de nuestra historia y de los recuerdos agridulces tras su regreso.

Me pregunta dónde quiero ir a comer, le doy las indicaciones para llegar al paseo marítimo del Bósforo, aparcamos y me dirijo al restaurante con las mesas de fuera donde fuimos la primera vez que comimos juntos, cuando esperábamos para ir a hacer las impresiones de la campaña de la aerolínea en la copistería de su amigo.

- ¿Recuerdas este lugar, Can? -

- Sí, ya he estado allí, siempre me ha gustado la vista del mar -

- Me trajiste aquí la primera vez que comimos juntos, hemos vuelto a menudo con el tiempo -

La comida transcurre en un ambiente distendido, le hablo de mis cremas caseras, del fraude que me habían hecho y de que, gracias a que las patentó Metin, por fin pudimos venderlas a Essensturkish. Me habla de su larga amistad con Metin, desde sus días de colegio, de cómo ha sido el amigo de mayor confianza que ha tenido en su vida y luego muchas anécdotas divertidas que apenas puedo asociar con el serio abogado que he llegado a conocer.

Nos reímos y bromeamos, parece que el tiempo ha retrocedido, me siento como la chica manitas que lleva pocos días trabajando en la agencia y que mira fascinada a su jefe trotamundos. ¿Cuánto puedo amarlo? ¿Cómo puedo reprimir un amor tan visceral, tan absorbente?

Pronto llega la hora de volver y, a regañadientes, paga la cuenta y volvemos a la agencia con un ánimo completamente diferente, me parece haber dado un pequeño paso adelante en el conocimiento de este nuevo Can que no es mi Can, pero ni siquiera es mi jefe de los primeros días en Fikri Harika, es otro hombre todavía y no puedo evitar aprender a quererlo también como hice con sus versiones anteriores.

De vuelta a la agencia, nos reunimos con Deren, Aziz y el equipo creativo en la sala de reuniones para ultimar los detalles antes de que llegue el cliente. Esta reunión fue solicitada por el recién nombrado director general, que quiere conocernos y dar su opinión sobre la campaña que se está preparando.

Deren va contra el equipo recién llegado y lo presenta en la sala de reuniones, para mi enorme sorpresa el distinguido caballero que conocí, con el que firmé el contrato para vender las cremas, ha sido sustituido por una mujer joven, una elegante jefa de carrera con un vestido corto y tacones altos, no sé por qué pero nada más verla siento una instintiva desconfianza hacia ella. Es audaz, segura de sí misma, dominante, es un tipo de mujer que yo nunca podría ser y con la que no tengo nada en común.
No puedo evitar fijarme en la mirada seductora que dirige a Can cuando le tiende la mano al presentarse.

- Conocemos bien el tipo, ¿no es así Sanem? Es otra chica alta que no podrá quitarle las manos de encima a Can como Polen o Ceyda, ¿lo sabes bien?

Suspiro, molesta con mi voz interior, pero no puedo evitar estar de acuerdo con ella, ya estamos otra vez, es un guión que hemos visto una y otra vez, una vez más no tengo nada que reclamarle y tengo que quedarme mirando impotente lo que pasa.

Se presenta como Adile Yazici, toma asiento frente a Can y la veo observarle larga y atentamente mientras le presenta los nuevos borradores que, en unas horas de trabajo por la mañana, ya conoce perfectamente. Ella no parece notar su interés, o eso parece, nunca he entendido su actitud con este tipo de mujeres. No sé hasta qué punto no es consciente de ser considerado una presa a conquistar y hasta qué punto le hace sentir el interés que sabe que despierta en el sexo opuesto.

Están los dos solos hablando, toda la mesa asiste en silencio al intercambio de propuestas y contrapropuestas que Can parece manejar a la perfección, parece casi imposible que este hombre lleno de vitalidad estuviera, unos días antes, inmóvil en una cama de hospital.

La reunión termina rápidamente con el acuerdo de realizar más cambios en los borradores presentados hoy para presentarlos al cliente dentro de una semana.

Nos levantamos para salir de la sala de reuniones, los creativos de la agencia, Deren, Aziz y el equipo de Essensturkish salen de la sala y solo quedamos nosotros tres, no quiero parecer que estoy ahí para vigilarlo como un perro guardián así que decido irme también, lo último que escucho al salir por la puerta es:

- Sr. Divit me gusta su trabajo, podríamos reunirnos una noche para cenar y discutir la posibilidad de confiarle también las campañas relacionadas con los cosméticos de nuestra empresa, ¿qué dice? -

No pospongo escuchar su respuesta pero oigo fuerte y claro la voz en mi cabeza que, enfadada, lanza todos los improperios posibles a la dirección de la señorita Adile.

Vuelvo al archivo y me parece que de nuevo el ánimo del día ha cambiado radicalmente, tengo la impresión de estar en una montaña rusa de subidas y bajadas interminables y, como siempre me ha pasado en el parque de atracciones, no veo la hora de que acabe la atracción y llegue el momento de bajarme.

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora