8 -Dos años

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Can

- Encantado de conocerte Can Divit, soy Sanem Aydin y, si lo deseas, te diré quién he sido para ti y tú para mí a lo largo de los dos años que al parecer ya no recuerdas en este momento -

Miro de cerca a la atractiva chica que encontré junto a mi cama después de un mes de coma según me dijo el médico.
Es hermosa, sus ojos marrones profundos están enrojecidos en este momento, debe haber estado llorando durante mucho tiempo, me da mucha pena, la estoy viendo hoy por primera vez que conozco, pero parece una buena persona.

Debo admitir que me impresionó la ternura con la que me habló y me acarició la mejilla nada más despertarme.
Era obvio que se alegraba mucho de que volviera a estar consciente, llevaba un mes durmiendo en una silla incómoda junto a mi cama, debía de preocuparse mucho por mí.
No sé por qué pero este pensamiento me calienta el corazón, nunca he tenido a nadie que me cuide, que se preocupe por mi bienestar, es la primera vez que me doy cuenta de que puede ser bonito tener a alguien que lo haga.

Miro su rostro forzadamente sonriente mientras aprieto su mano, me doy cuenta de que no debe ser una situación nada fácil para ella, me gustaría no ver ese tinte de desesperación en su mirada mientras me dice que puede decirme quién ha sido para mí estos dos últimos años, me gustaría hacer algo para borrarlo, pero ahora mismo no sabría qué hacer para conseguirlo, empiezo por responder a su ofrecimiento.

- Aceptaré con gusto, Sanem Aydin. Empieza por decirme quién has sido para mí. ¿Dónde nos conocimos?

Se sienta en el sillón junto a la cama y me encantan sus palabras, un beso en la oscuridad, un perfume, un albatros, me parece que me está contando una novela más que nuestro encuentro, es muy buena contando pero sobre todo percibo tanta emoción, tanto sentimiento detrás del tono de su voz.

Mi mirada se posa en la mano que cierra en su puño sobre su regazo mientras sigue contándome lo enamorados que estábamos desde el principio. No puedo evitarlo.

- ¿Es un anillo de compromiso lo que llevas en el dedo? ¿Te lo he dado? Quiero decir, ¿te pedí que te casaras conmigo? -

Aparta la mirada de mí para fijarla en el anillo - Evet, sí, se supone que nos casamos hace unos 20 días -

Definitivamente estoy sorprendido por esta noticia, no me había dado cuenta de que nuestra relación era tan seria, nunca en mi vida había llegado a un compromiso real, estoy impresionado, debe ser realmente especial para mí si le he pedido que se case conmigo.

Estas cavilaciones se ven interrumpidas por la llegada de mis padres, Emre y su secretaria Layla.
La presencia de mi madre me sorprende, hace años que no la veo, no tenía ni idea de que estuviera en Estambul y, sinceramente, no la considero una madre cariñosa que se precipita a la cabecera de su hijo enfermo, de hecho parece bastante improbable en este papel.

Se sienta en la silla que ha dejado libre Sanem, que se ha hecho a un lado para dejar sitio a los recién llegados - Can oğul, hijo, ¿cómo te encuentras? - La voz de Huma me parece genuinamente interesada, pero lo que siento por ella es tan difícil de manejar que prefiero dirigir mi atención hacia mi padre y mi hermano.
Veo que Layla habla suavemente con Sanem y le pasa un brazo por los hombros, es evidente que se conocen.
Mi padre los interrumpe volviéndose hacia Sanem - ¿Estás bien Sanem? Te ves extraño, todo está bien con Can ¿no es así? ¿Hablaste con el médico? -

Sanem asiente y se adelanta para explicar a los demás lo que le dijo el médico, me entero por ella en este momento que mi recuperación de la memoria puede ser total, parcial o nula.
Yo tampoco sé qué pensar, prefiero recordar todo lo que he vivido, me inquieta la idea de no saber lo que he hecho, de dejar de recordar a las personas que han formado parte de mi vida como esa hermosa chica que al parecer era mi novia antes del accidente.

- Esta es la situación, en este momento Can no recuerda los dos últimos años de su vida, no se acuerda de mí ni de lo que pasó durante ese periodo de tiempo -

Su voz casi rota por la emoción me golpea profundamente, está claro que esta situación debe ser muy dolorosa para ella.

Mi padre se dirige a mí - ¿Cuáles son tus últimos recuerdos Can? -

- Recuerdo estar contigo y con Emre entre bastidores en el teatro que acogió la fiesta por los 40 años de la fundación de Fikri Harika, nos estamos preparando para la noche y estoy esperando que llegue mi prometida, Polen...

Ante esas palabras veo a la chica hacer una mueca de dolor, me doy cuenta de que la he herido sin querer con mis palabras, no debe ser fácil para ella, sigo más convencido.

Es Huma quien interrumpe estos pensamientos míos - Sí, has estado con esa chica durante tantos años, estaba realmente convencida de que al final te casarías con ella, ¿sabes Can? Sois tan parecidos, venís del mismo ambiente, la misma educación, la misma clase social- Sonríe lanzando una mirada burlona hacia Sanem a quien veo bajar la mirada y salir precipitadamente de la habitación.

Oigo a mi padre y a Emre reprendiendo a mi madre por ser tan poco delicada con Sanem, me gustaría intervenir pero en este momento no puedo pensar más, siento que me viene un terrible dolor de cabeza, lanzo una mirada dolorosa a mi padre que entiende la situación al vuelo.

- Tal vez todo esto sea demasiado para Can a pocas horas de despertar de un coma de un mes, déjalo descansar, volveremos mañana oğul, hijo.

¿Necesitas algo? ¿Quieres que llame a la enfermera? -

Asiento con la cabeza, me gustaría algo que me ayudara a dormir, definitivamente me siento agotado por todo lo que he aprendido desde que reabrí los ojos, necesito tiempo para procesar toda la información que he recibido y averiguar cómo me siento al respecto.

Dos años, dos años es un periodo de tiempo enorme en el que podría haber pasado cualquier cosa y evidentemente deben haber pasado muchas cosas si esa chica lleva en el dedo un anillo de compromiso que yo le regalé. Necesito tiempo para asimilar todas estas noticias, necesito cerrar los ojos y la mente a los miles de pensamientos que se amontonan ahora mismo.

Dos años... dos años es un tiempo infinito y todo puede haber pasado, todo puede haber cambiado, la pregunta es: ¿cuánto he cambiado en estos dos años?

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora