42 - Para mí

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Sanem

Sé que se ha ido, puedo sentirlo bajo esa piel que vibraba con sus caricias y ahora se estremece al pensar que ya no está aquí, que se ha ido quizás para no volver nunca o al menos no a mí.

Intenté no llorar pero no fue fácil, el día que supe que se iba lloré todas las lágrimas que mi desamparado corazón pudo derramar. Tengo que hacerlo, esta vez no dejaré que ese dolor feroz se me lleve por delante como en el pasado.

Lloré en el silencio de la casa de Ayhan mientras ella estaba en el trabajo, lo necesitaba y así lo hice durante horas y días.

A partir de ahora he decidido hacer lo que es correcto para Sanem, lo que él quiere y lo que desea para sí mismo, nunca me anularé por otra persona, nunca lo haré por amor porque el amor no debe llevarte a suprimir lo que eres, debe ser la forma de nacer, crecer y florecer de lo contrario es un amor enfermo y a estas alturas creo que el mío lo era por él.

Me quedo unos días más con Ayhan para procesar el dolor, para hacerlo mío y afrontarlo y hacerme más fuerte en previsión de un futuro que repensar, un futuro solo, un futuro sin él y sin nosotros ya.

Tendré que enfrentarme a los demás y no será fácil, no quiero la lástima de nadie y tengo que hacerme fuerte y fingir que estoy bien si es necesario. Tendré que decirle a mis padres que mi Can ya no está para mí y sé que se preocuparán mucho y tratarán de mantenerme cerca mientras necesito ir, para cambiar todo.

Tendré que tomar decisiones importantes para mí y para mi vida futura y tengo que hacerlo con la máxima conciencia de lo que es correcto e importante para mí, sólo para mí y para nadie más. Vender mis acciones, promocionar mi libro, decidir dónde vivir y pensar en mis futuros libros.

Los primeros días son duros, no es fácil y ni siquiera el trabajo en mi libro consigue distraerme de pensar en ello todo el tiempo, pero poco a poco, la conciencia de tener que tomar mi existencia en mis manos y dar un sentido a mi futuro, me ayudan a empezar a reaccionar.

Tengo que irme, no puedo quedarme aquí para siempre y necesito volver a la finca para empezar mi nueva vida, sea cual sea. Me abrazo y me despido de Ayhan una semana después de que Can se fuera, una vez más echaré de menos a mi amiga de la infancia pero me prometo volver pronto a verla.

Vuelvo a Estambul sin avisar a nadie, necesito ir a casa y estar solo un tiempo, lejos de todos, sólo informo a Mihriban de mi llegada diciéndole que iré a verla cuando me sienta preparado.

Paso unos días en total soledad, ese lugar que tanto amé en el pasado es ahora el guardián de maravillosos recuerdos con él que adquieren un sabor agridulce que tengo que hacer mío antes de dejar para siempre el que ha sido mi hogar durante casi un año.

Desde que he vuelto nunca he encendido las mil luces del jardín que Can mandó instalar cuando se declaró, no estoy preparada para ello, sólo tengo que mirar a mi alrededor para verle por todas partes, con esa melena salvaje suelta sobre los hombros, su piel bronceada por el sol de meses en el mar y esa sonrisa que seguirá siendo para siempre lo más bonito que he visto en mi vida.

Necesitaba esto, necesitaba encerrarme para entender y sanar mis heridas, comenzar la curación de mi alma y poco a poco volver a respirar después de días de apnea y asfixia.

Tengo que aceptar que todo ha terminado, voy a pretender que sea soportable, que es posible vivir sin él, será duro pero podré hacerlo, tengo que hacerlo... para mí.

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora