81 - Sólo nosotros

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Sanem

Fue hermoso lo que Can hizo por mí en todos estos meses, me demostró de todas las maneras posibles todo su amor.
Incluso mucho antes de recuperar la memoria hizo lo imposible por convencerme de la sinceridad de sus sentimientos, desde Cornualles hasta los Estados Unidos nunca se dio por vencido y no puedo evitar amarlo aún más por haberme elegido.
"Te he elegido y te elegiré una y otra vez", esto es lo que escribió en esa maravillosa tarjeta que me regaló hace unas mañanas cuando me desperté.
Me eligió incluso cuando no se acordaba de mí y no recordaba lo que habíamos compartido, me eligió siempre y para siempre como yo sólo puedo elegirle a él de la misma manera y con la misma intensidad que nunca ha fallado, ni siquiera cuando abrió los ojos y me miró con la mirada vacía de un desconocido que me conoce por primera vez.

Es increíble lo que hemos vivido en los últimos años y cómo nuestro amor no sólo ha sobrevivido, sino que ha crecido y madurado a pesar de todas las dificultades y obstáculos a los que se ha enfrentado. Estamos juntos y vivimos nuestra felicidad momento a momento, día a día, ambos embriagados por este amor que por fin ha encontrado su realización en una solemne promesa intercambiada en una playa californiana y luego en un banquete de bodas que ha sido para mí un precioso regalo para atesorar en el cajón de los más bellos recuerdos.

Nuestra vida en común es un encanto diario hecho de pequeñas atenciones y mil gestos de amor por su parte que me hacen sentirme amada de una manera que no creía posible.

Me pierdo en estas consideraciones románticas una tarde de un día normal en la que, en lugar de pensar en la trama del próximo capítulo de mi libro, lo único que puedo hacer es disfrutar del beneficioso calor del sol en una tumbona del jardín pensando en nosotros, en la nostalgia que siento por él a cada momento cuando está lejos de mí, en lo mucho que todo parece un sueño maravilloso.

Es una voz con un tono molesto que me sacude de repente de estos pensamientos.

- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está Can?

Abro los ojos asombrada al reconocer la voz de Huma, Can me había dicho tiempo atrás que llevaba varios meses en el extranjero y que no se sabía si volvería a Estambul ni cuándo. Me siento en la tumbona dispuesto a explicarle la situación cuando me golpea con su habitual desprecio.

- Sigues zumbando a su alrededor, lo he intentado todo para alejarte de él, pero la niña lista del barrio ha olfateado la oportunidad de atrapar al hombre exitoso y rico, ¿no es así? ¿Cómo puedes pensar que estás a su nivel, no tienes estilo, ni educación adecuada, no eres nadie y nunca serás lo suficientemente bueno para estar cerca de mi hijo -

Respiro profundamente para mantener la compostura, me pongo de pie y me acerco a la señora Huma hasta rozar su nariz con la mía mientras la miro a los ojos.
Cada uno tiene su propio límite de tolerancia y la madre de Can ha cruzado el mío desde hace mucho tiempo.

- Señora Huma, creo que no tiene derecho a decir lo que es bueno o malo para Can, no lo conoce, no lo ha criado y no lo ha querido como debería hacerlo cualquier madre que se precie.
Es una desconocida para él, una desconocida que, sin embargo, quiere manejar su vida a su antojo y sólo le ha creado problemas con su intromisión.
¿Crees que no entendió todas sus maquinaciones primero con Polen, luego con Yigit y después otra vez tratando de devolver a Polen a la vida de Can después de que perdiera la memoria?
¿Cuántas veces ha sabido de su hijo en los últimos meses?
¿Cuántas veces le llamó para preguntarle cómo estaba?
Te diré que nunca.
¿Y sabes por qué lo sé con certeza?
Porque Can estuvo conmigo, cada minuto del día y de la noche que estuvo conmigo, lo habría sabido si lo hubiera hecho.
¿Puede ser digna de ese nombre una madre que después de un terrible accidente como el que tuvo Can no se molestó durante meses en saber de su hijo para saber cómo está, cómo se siente?
Su único interés en él y en sus movimientos sólo tenía como objetivo informar a Polen para que lo buscara con la esperanza de hacerle creer que todavía había algo entre ellos.

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora