𝟏𝟑

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Habían pasado ya cinco días desde que Jennie me tenia cautiva, alejada de todos y todo. Cinco días en los que no sabía nada más allá de estas paredes. Después del incidente del primer día, no volví a ver mi teléfono. El computador que se encontraba en el dormitorio ni siquiera tenia conexión a internet. No había nada que me conectará con el exterior. ¿Están buscándome?. ¿Pensarán que estoy muerta?. Mire mis dedos sobre la mesa, tratando de buscar algunas respuestas a mis inquietantes preguntas.

—Lisa—dijo Jennie llamando mi atención.

La miré mientras entraba al comedor con un cachorro en sus manos. No pude ocultar la sonrisa al ver al pequeño sacando la lengua, pero cuando me di de cuenta de lo que hacia de inmediato volví a mi rostro serio.

—Se llama Kuma, creo que se llevarán muy bien—dijo ella, colocando al cachorro sobre mis piernas—Hola Lisa—imito una voz aguda mientras movía su patita en forma de saludo.

Solté un suspiro y ignore a Kuma.

—¿Cuánto más me tendrás aquí?.

Rodó los ojos. Ya sabía lo que iba a decirme, lo mismo que me había dicho estos cinco días como una canción en replay.

"Pronto, o tal vez no tan

—Pronto.

—¿De verdad? —la mire ahora con todo mi cuerpo en su dirección incapaz de creer sus palabras. ¿Volveré a casa?. Mis manos temblaban ante la emoción. Sostuve al cachorro para evitar que se cayera al suelo.

—Si—se encogió de hombros.

Fruncí el ceño.

—¿Cuánto es "pronto"?

—De pende, cada persona le da el lapso de tiempo que más le parezca justo—su sonrisa burlona se hizo visible.

Supe entonces que solo estaba jugando conmigo, una vez más.

—Eres tan...

—¿Hermosa?, lo sé—se encogió de hombros—Pero no tanto como tú.

Acerco su rostro al mío y con su mano en mi mejilla me dio un tierno beso en los labios. Mi estúpido corazón tambaleante hacia que me dieran ganas de sacarlo de mi pecho. ¿Qué no te das cuenta que no debes latir así por ella?. Hice una mueca rompiendo el beso. Jennie me miro con el ceño fruncido, en sus ojos pude ver calidez, algo que nunca antes había visto en ella.

—No te voy a hacer daño Lisa. No será malo estar aquí...conmigo.

Mire al cachorro en mis piernas, luego a Jennie y su alrededor. Había soñado tantas noches con esto. Parecía una especie de sueño sacado de mi imaginación. ¿Entonces por qué lo sentía como una pesadilla?

—En una semana cumplirás 16—dijo jugando con el borde de mi pijama, era algo que hacia a menudo, y siendo sincera me gustaba, la hacia ver tierna.

—Si. ¿Y qué?—respondí cortante.

No es como si no supiera que estaba apunto de cumplir años. ¿Pero de qué serbia?. Ya nada era lo mismo, desde que conocí a Jennie ya nada era igual. No sabia cuanto tiempo iba a estar aquí. ¿Y si pasaba el resto de mi vida en este lugar?. Un escalofrió recorrió mi cuerpo de solo pensarlo.

—¿Qué quieres de regalo?.

Reí sin gracia. ¿En serio me preguntaba algo tan estúpido como eso?

—Ya lo sabes. Quiero ir a casa. ¿Podrías por favor concederme ese deseo? —dije con sarcasmo. Sabia que eso la hacia enojar, aunque me importaba muy poco.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora