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5 años antes.

La fría noche del miércoles, cuando las llantas de un auto rechinaron en el concreto de mi calle, me emocione a tal punto que mi corazón empezó a golpear fuerte en mi pecho.

—Es ella—pensé.

Rodé por la cama hasta salir de ella, di trompicones y llegue a la ventana, donde aparte las persianas con una mano. Sonreí en grande al comprobar que tenia razón, había llegado. Me quede unos segundos más en la misma posición, algo me decía que estaba viéndome directamente tras los vidrios polarizados de su auto.

Mi teléfono empezó a vibrar, alguien estaba llamándome. Estire la mano hasta tomarlo de la mesa a un costado. Sonreí tontamente al leer "Jennie" en el identificador.

—Hola—dijo apenas conteste—Estoy afuera.

—Ya bajo.

Me aparte de la ventana para tomar la mochila de la cama y colocármela sobre un hombro. Tenia algunas cosas de uso personal; cepillo de dientes, crema hidratante y por supuesto un pijama, al fin y al cabo Jennie había dicho que esta noche la pasaríamos juntas. Antes de salir de la habitación volví a mirar por la ventana, temiendo que ya no estuviera allí. Bajé las escaleras lo más rápido que pude. Mis padres habían salido a una cita desde hacía ya media hora. Siempre acostumbraban a pasar la noche fuera cuando lo hacían, con suerte no se darían cuenta de mi ausencia. La verdad no tenia una buena excusa que no hiciera ver raro que mi profesora me buscara a casa un miércoles por la noche.

Me detuve bruscamente antes de llegar a la puerta.

Tienes que calmarte Lisa—me dije a mi misma, pasando las manos por mi cabello y tomando bocanadas de aire.

Me pregunto como seré ante los ojos de Jennie. ¿Se dará cuenta lo tonta que me vuelvo a su lado?, ¿o simplemente lo ignorará?

No, no puedo pensar eso justo ahora. Moví mi cabeza a los lados y tomé el pomo de la puerta para abrirla. Mi respiración se corto de inmediato. La ventana que daba a mi casa estaba completamente abajo lo que me permitía apreciar su hermoso rostro.

Me sonreía y instintivamente también lo hice.

—Hola señorita. ¿Espera a alguien?—exclamo con su aterciopelada voz.

—A ti.

Jennie bajo del coche aun con su sonrisa, lo rodeo y abrió la puerta del copiloto, la seguí en silencio hasta que nuestros cuerpos se tocaron debido a la cercanía. Aspire su dulce aroma como si mi vida dependiera de ello. Entre y me coloque el cinturón de seguridad, estaba apunto de girar el rostro cuando sentí unas cálidas manos en mis mejillas.

—Te extrañe tanto—susurro cerca de mis labios—No vuelvas a alejarte de mi.

Ignore en hecho que no había advertido su entrada al coche y me concentre en admirar embelesada su rostro de cerca, desde sus largas pestañas hasta sus carnosos labios entre abiertos.

¿Por qué es tan bonita?

Dio pequeños picotazos a mis labios cerrando los ojos cada vez que se tocaban. Coloco una de sus manos en mi muslo, haciéndome sobresaltar por el repentino tacto.

—Tranquila—ordeno mirándome a los ojos.

Me dedique a seguirla contemplando. Podía ver sus relajadas facciones que me observaban con la misma fascinación.

Me dio un ultimo beso antes de tomar el volante y, casi al instante comenzar a conducir, provocando el rechinido de las llantas como el que había hecho al llegar. Me asegure de tener bien puesto el cinturón de seguridad y me acomode en el asiento. Jennie conducía de una manera algo...agresiva. Se salto unos cuantos semáforos en rojo y iba sobre los kilómetros establecidos de las calles por la que pasábamos. Trague en seco al sentir un sacudido al momento en que dio vuelta en una esquina.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora