𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭

𝟑𝟑

Jennie continuaba hablando con mis padres como si fueran grandes amigos desde siempre. No me sorprendía su facilidad para hacer que la gente la adorara, era uno de sus tantos dones. Miré a mi madre, concentrándome en lo que decía ¿Que era lo que estaba diciendo de todos modos?, dios, ni siquiera lo sabía, solo estaba mirando a Jennie y cada uno de sus gestos.

—La verdad es que te ves más joven que hace años atrás—me miró y luego regresó a Jennie—Podría decir que Lisa y tú lucen de la misma edad ahora.

—¿Estas diciendo que luzco de treinta, mamá?—proteste, con fingida indignación. En realidad Jennie se veía exactamente igual que hace cinco años.

—Estoy diciendo que Jennie luce de veintiuno.

Jennie sonrió y luego se movió para verme unos segundos antes de volver a mirar a mi madre.

No entendía como una pequeña mentira pudo llegar tan lejos. No quería traer a Jennie a la casa de mi infancia y que hablara con mis padres. Quería ver a Lia, tratar de explicarle todo lo que estaba pasando y, tal vez, encontrar juntas una solución. Claro que podía enviarle algún mensaje de texto pero estaba casi segura que Jennie le había hecho algo a mi teléfono y no podía arriesgarme a ser descubierta. 

—Lisa les mintió—anunció Jennie de repente y sentí que la sangre se me congelaba en mis venas—En realidad nuestra relación no es de amistad—El corazón me latía a toda marcha mientras mis padres me miraban interrogantes—Somos una pareja.

—¿Qué?—mi padre fue el primero en reaccionar—¿Pareja?, ¿como que pareja?

Mi madre abrió su boca un par de veces pero no pudo formular ninguna palabra, parecía estar en una especie de trance y estaba segura que me encontraba exactamente igual. Me sentía una espectadora en una realidad que no era la mía. 

¿Debería decirles la verdad ahora?. ¿Qué tal si Jennie lograba hablar con alguien y finalmente ponía en marcha todas sus amenazas?...¿Y si no?.

Maldición.

—De hecho vamos a casarnos, en dos meses cuanto máximo.

—¿Qué?—gritamos los tres al unísono esta vez.

Jennie soltó una risita despreocupada al tiempo que se levantaba y caminaba hacia mi.

—No debes tener miedo, cariño—me sonrió cálidamente y luego se volvió a ellos—Lisa estaba aterrada de decirles la verdad, creía que se enojarían.

—Espera, espera—mi madre también se levantó, colocando sus brazos en jarras—¿De qué estás hablando? ¿Pareja?, ¿Novia?, no me digas que siendo su profe—

—Oh, no, no, no—Jennie negó efusivamente—Por supuesto que no. Lisa y yo nos encontramos recientemente y siendo sincera quedé hipnotizada por ella, hablamos, salimos y al final nos enamoramos.

—Lisa, cariño. ¿Vas a decir algo?—exclamó mi padre con el ceño fruncido, ignorando por completo las palabras de Jennie.

—Yo...yo...—miré a Jennie, que le daba la espalda a mis padres. Me sonreía diabólicamente, y, de manera discreta, señalaba el cuchillo que reposaba en la mesa, mismo que habíamos utilizado para cortar el pan en el almuerzo.

Trague en seco, quizás podríamos con ella los tres pero estaba segura de que no descansaría por lo menos hasta asesinar a alguien dentro de esta sala.

—Si, Jennie y yo...—tomé una profunda respiración—Jennie y yo estamos en una relación.

El silencio envolvió la sala. Mis padres se comunicaban a través de miradas y Jennie permaneció en la misma posición que antes, ahora,con un brillo infinito en sus ojos.