𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭

𝟐𝟎

—¿Q-qué haces?—balbuceó al verme entrar al baño.

Le dedique una sonrisa coqueta y bajé la mirada a su cuerpo que solo vestía con ropa interior. Me detuve en la curvatura de sus senos detrás del sujetador negro, no podía explicar lo mucho que me encantaban

—Me ducharé contigo—respondí, y me deshice rápidamente de la ropa—¿Cuando vas a dejar de sentir vergüenza conmigo, Lisa?—le dije al verla exactamente en la misma posición que antes, casi como una piedra—Da igual—me acerque a ella y jalé su cuerpo al mío—Me gusta.

Estrelle mis labios con los suyos sin darle reparo a protestar. Al sentir la punta de su lengua rozar la mía mi espalda se estremeció llena de descargas eléctricas incitándome a no detenerme. Deslice los tirantes de su brasier mientras iba tocando la suave piel expuesta de sus hombros.

—Jennie—jadeo separándose de mis labios—Íbamos a ducharnos.

—¿Lo haces con ropa interior?—le pregunté en un tono que sonó mucho más sucio que en mi imaginación.

Lisa se sonrojo y se rió de si misma.

—Me das miedo.

—¿Uh?—me agache para quitarle las bragas, obligándome mentalmente a no mirar demasiado su desnudez o todo acabaría muy rápido—¿Miedo?.

—Eres...eres como una diosa, o algo así. Tan hermosa...y tú cuerpo es...—su mirada vago con lujuria por cada parte de mi, hasta que me pegue a su cuerpo para quitarle el sujetador y lanzarlo a su suerte—Maravilloso.

—Gracias—besé la punta de su nariz—Puedo decir lo mismo de ti, cariño.

Nos llevé a la ducha, donde no pude controlarme y la estrelle en la pared con algo de brutalidad.

—Me encanta todo de ti—observe sus senos con los pezones rozados y erectos debido a la excitación—Me incline para llevárme uno a la boca.

Los tiernos gemidos de Lisa no se hicieron esperar, jadeando cada vez un poco más fuerte y de un momento a otro ya tenia sus manos revolviendo mi cabello.

Dejé sus senos para volver a sus labios y continuar besándola, pero Lisa tenia otros planes.

Tras darme un ultimo beso me dio la vuelta, quedando acorralada frente a ella.

—Quiero tocarte—susurro llena de éxtasis—Vamos a la cama.

Sonreí de lado al verla tan excitada de repente. Su pecho subía y bajaba y tenia la mirada de un negro intenso con las pupilas dilatas.

—¿No íbamos a ducharnos?—intente bromear pero Lisa me tomó de la mano y con un movimiento rápido abrió la puerta, me coloco delante suyo y tras un empujón termine de lleno en la cama.

La vi acercarse, caminando hacia mi seductoramente. De pronto, la tenia sobre mi, besándome el cuello como si fuera un vampiro y en cualquier momento me clavaría los colmillos. Sus manos juntaban y separaban mis pechos una y otra vez con firmeza, arrancándome varios jadeos en el proceso. Sentía mi centro tan húmedo que estaba segura que podía notarlo al moverse sobre mi.

Luego, su caliente boca bajó hasta uno de mis senos y empezó a jugar con él. Miré el techo y cerré los ojos con fuerza  tras el placer al que estaba siendo llevada. Sus manos ahora recorrían mi cuerpo entero sin vergüenza alguna.

Tenia la respiración alterada y el corazón latiendome tan rápido que podía sentirlo en mis sienes. ¡Que sensación!. Lisa, después de entretenerse bastante explorando casi cada parte de mi, movió una mano temblorosa buscando mi centro. Yo la miré a ella atenta a sus expresiones cada que avanzaba un poco más. Dejo de besar mis senos y me miro de vuelta, con cierta inseguridad en sus ojos.