𝟎𝟗

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Habían pasado ya tres días desde la última vez que vi a Lisa. Sin duda, habían sido los tres días más largos de mí vida, probablemente esté exagerando ya que en realidad no es demasiado tiempo, pero me sentía agonizante por cada segundo que pasaba sin tener noticias suyas. Le deje en su buzón unos veinte mensajes y la llamé unas quince veces, pero no se ha dignado en responder ninguna. ¿Qué está haciendo?, ¿con quien está?, ¿se encontrara bien?, todas esas preguntas se anidaban en mi mente y no podía hallarles una respuesta.

—¡Jennie! —grito Jisoo, logrando que no solo yo la mirara, si no también las personas a nuestro alrededor.

A veces solía perderme en mis pensamientos dejando al lado el mundo que me rodeaba, justo como en ese entonces que había olvidado que Jisoo y yo salimos de compras desde hace algunas horas.

—¿Quieres dejarme sorda? —cubrí mi odio con una mano.

—Llevo diez minutos hablándote. Si hubiera querido que me ignoraran ahora mismo estuviera intentando coquetear con Rosie.

La mire con el ceño fruncido.

—Chaeyoung—explico.

—Oh—rodé los ojos—¿Aun sigues con eso?, creí que te darías por vencida.

Jisoo había estado contándome durante semanas sobre una camarera que la dejo flechada. La chica pasaba de ella, pero mi amiga no parecía dar indicios de querer rendirse, al menos yo no era la única con mala suerte en el mundo.

—¡JAMAS! —volvió a gritar. Las personas la miraban de la misma forma que mirarían a un payaso en un restaurante elegante. Estaba acostumbrada, cuando salías con Jisoo te arriesgabas a que pasaran cosas así constantemente—¿La has visto Jennie?, tiene cara del amor de mi vida.

—No puedo confirmar eso.

Nunca había visto a Chaeyoung, solo tenia una vaga imagen mental gracias a la descripción que Jisoo me había dado; Rubia, alta y hermosa.

 Su rostro se ilumino y me mostró una sonrisa ladina de esas que hacia cuando se le ocurría una brillante idea, aunque muy pocas veces resultaban "brillante".

—Vamos a desayunar—me dio la vuelta y me empujo para que empezara a caminar.

Solté un suspiro de resignación. No estaba de humor para conocer a alguien, de hecho, solo quería regresar a mi casa e intentar dormir un poco, el insomnio había hecho estragos en mí durante estos tres días y ahora me sentía agotada. Jisoo giro a verme y dijo en tono burlón:

—No te preocupes. No es tan lejos, anciana.

Reí sin gracia y la mire fulminante. De repente, algo llamo mi atención; La cabellera rubia de una chica pasado frente a mi, el va y ven del viento meneaba su cabello de una forma angelical. El aire se impregno en un dulce aroma de fresas y canela...¡es ella!, pensé.

La chica se detuvo a observar una vidriera del otro lado de la calle y paso una mano por su sedoso cabello.

—Ya regreso—dije, sin dejar de mirarla ni un segundo.

Cruce la calle hasta llegar a su lado y tocar su hombro. Cuando se giro a verme, sentí un vacio abrumador dentro de mí.

No eran sus ojos, no eran sus labios...no era Lisa.

Solté un suspiro y me disculpe sin ganas.

Durante los días pasados, había estado alucinando con Lisa tan frecuentemente que me resultaba normal a estas alturas. Era la chica del supermercado, una extraña caminando por calles, una silueta sentada en el parque, un destello mientras conducía...y la lista seguía y seguía. No podía dejar de pensar ni en verla en un solo instante, mis pensamientos solo le pertenecían a ella, estaba perdiendo la cabeza. Para calmar mi ansiedad, empecé a dibujarla. En casa, probablemente se encontraban unos seis de sus retratos esparcidos por todos lados, de modo que cuando llegara lo primero que mirara fuera su precioso rostro, así el vacio en mi interior por su ausencia no era tan abismal.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora