𝟎𝟖

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Me levante de la cama, y sacudí mi ropa; quitando invisibles rastros de polvo. La mirada de Lisa estaba clavada en mí, aun si no la veía, podía notarlo; Estudiaba mis movimientos. Pero mi mente estaba en rojo, la excitación por lo que había pasado hace minutos se esfumo en un instante al escuchar esa desagradable palabra. Ahora sentía que en lugar de sangre recorriendo mi cuerpo, tenía llamas quemando todo mi ser.

—Mi papa le ha estado diciendo así desde hace una semana. No es mi novio, es mi amigo—se apresuro a explicar, como si de algún modo lograría que me tranquilizara.

—¿Por qué le dice así entonces? —trataba de que mis palabras no salieran en un tono alto.

—Solo bromea, supongo.

—¿Supongo? —alce una ceja.

—Solo bromea—corrigió.

Podía notar el nerviosismo en su voz, pero no solo eso, también sentía su miedo, ¿me teme?, me pregunte a mi misma. Quizás Lisa era más inteligente de lo que pensaba, y se había dado cuenta que al final si tuve que ver con lo de aquellos chicos, o quizás no.

Le dedique una mirada fría, que esperara expresara como me sentía, luego relaje mis facciones y le sonreí, tan ampliamente como nunca lo había hecho.

—Te creo—dije, para su sorpresa.

Me acerque a ella dejándole un suave beso en los labios, luego, empecé a morder su labio inferior mucho más fuerte de lo que lo había hecho hace minutos, la sangre no tardo en salir, y cuando me aleje de ella, contemple el rastro carmesí que se extendía hacia su mentón. Lisa no se quejo, pero su expresión era de dolor. Pase mi pulgar quitando los rastros de sangre y le di un ultimo beso.

—Eres mía—susurre sobre sus labios.

Me aleje de ella y me acerque a la puerta hasta tomar el pomo y abrirla para que pudiera salir.

—Adelante, te esperan—hice un gesto con mi mano que la incitaba a salir.

Su mirada expresaba confusión, y su cuerpo estaba en una especie de transe, sin embargo hizo lo que le pedí. Una vez que estuvo afuera, la seguí.

Antes de bajar los escalones, se limpio el labio con el dorso de su mano, dejándola con un pequeño rastro rojo. La seguí escaleras abajo, permaneciendo a mitad de esta sin la intención de moverme a ningún otro sitio. En el último escalón giro a verme, antes de que sus brazos se alzaran al aire y un chico pelinegro la abrazara efusivamente, como si le perteneciera. Mis manos se hicieron puños por la rabia, Lisa se dio cuenta de ello y lo separo torpemente.

—Estuve llamándote desde hace horas, Lis.

¿Lis?, ¿por qué la llama Lis?, fruncí el ceño. De repente sentí como mi cabeza empezaba a martillar fuertemente, estaba segura que en los siguientes minutos tendría una terrible jaqueca. En cuanto lo observe mejor, me di cuenta que era el mismo con quien tenia fotos en instagram. Su molesta voz, ya era el sonido que más detestaba en la vida.

Él se dio cuenta de mi presencia y intercambio miradas con Lisa.

—Ella es Jennie—dijo Lisa, mirándome unos segundos, luego se volvió a él—Y disculpa, no me di cuenta.

—Hola—me dedico una sonrisa más que forzada—Soy Sehun.

Permanecí con cara de póker, no podía fingir con él, ¿Cómo podría hacerlo?, mis únicos pensamientos al respecto, eran cortarlo en pedazos.

—Bien...—volvió a mirar a Lisa—Como estas ocupada te dejare. Pero no olvides que pasare por ti esta noche, a las ocho.

Lisa pareció tensarse, como si no quería que escuchara sobre eso, después de unos segundos, asintió.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora