𝟎𝟐

23.2K 1.9K 1.8K
                                        

Si alguien me hubiese dicho.

De seguro me habría ahorrado todo el esfuerzo que hice para levantarme en la mañana y venir a dar la estúpida clase, ¿por que?. ¡Todos son una manada de idiotas!. 

—Suficiente—dije frustrada. Lleve una mano en mi cara mientras soltaba un sonoro suspiro. Quería que todos vieran lo indignada que me encontraba. Solo les pedí una cosa, ¡una cosa!, no era muy difícil usar un poco de imaginación.

Me acerque a un chico hasta arrebatarle en un rápido movimiento el papel que sostenía en sus manos.

—Del cielo callo una rosa—comencé a leerlo en voz alta. Reí sarcásticamente, fue lo primero que les dije ayer que no hicieran—Los pañuelos son azules, al igual que mis pantalones—lo miré—¿Esto se supone que es un poema?.

El asintió muy seguro de si.

Que ganas de golpearlo.

—Bien, si te parece esto un poema, debería evaluarlo como tal—volvió a asentir, esta vez con una sonrisa. ¿se estará burlando de mi?—Menos dos puntos. 

Sus facciones se formaron en una mueca de confusión.

—Y quiero para la próxima clase un verdadero poema—mire a los demás—Lo mismo para ustedes, ¿tan difícil es?—rodé los ojos y volví al escritorio tomando asiento.

El único buen poema ha sido el de Bambam, no mentía cuando dijo que su hermana era buena. Aunque espero que lo haya echó él y no ella sola, como le advertí. 

La campana sonó, anunciando el receso, me sentí como una adolescente en su ultimo día de clases, queriendo que todo acabara ya. Estaba por tener una Jaqueca, podía sentir la presión en mi cabeza a punto de explotar. Hoy ha sido un día tan estresante para mi. Desde la molesta fiesta de mi vecino que no me dejo dormir bien durante la noche, hasta llegar a escuchar estos lamentables versos de mis estudiantes.

Observe como comenzaron a salir a paso lento, casi como si se burlaran de mi. Quería gritarles "dense prisa" pero me contuve apretando fuertemente mis labios.

Cuando todo estuvo vació, recogí mis cosas para marcharme. Al momento de cruzar la puerta, casi vuelvo a chocar con alguien, esta vez con un hombre, era alto y musculoso.  ¡Que le pasa a la gente de esta escuela!, ¿están ciegos o que?.

—Discúlpeme señorita, no me fije. ¿Esta bien?—me miraba simulando preocupación, sus ojos hicieron un escaner en todo mi cuerpo hasta detenerse en mis piernas, donde mordió su labio inferior.

Claro, me rompí las piernas de la impresión. Imbécil.

—Si—respondí, chasqueando mis dedos—¿Se le perdió algo ahí?—Él volvió a mirarme a la los ojos reflejando pánico.

Uhg, que incomodo, por eso no quería cruzarme con ninguno de ellos, lo cual es estúpido porqué al igual que yo son profesores en la misma escuela y eso seria casi imposible de evitar.

Mire al costado de su camiseta donde estaba impreso "Suho" en letras negras. ¿Quien se pone su propio nombre en la ropa?, sólo un idiota. 

—Lo siento—aclaro su garganta—¿Jennie?, ¿no es así?.

Asentí sin muchas ganas.

—Soy Suho—me tendió su mano la cual estreche paso un par de segundos—Ayer estábamos buscándote para proponerte almorzar juntos, pero ya te habías marchado. ¿Que tal fue tu segundo día de clases?—parecía interesado en mi respuesta, aunque se que en realidad no era así.

—Me estoy adaptando muy bien—me encogí de hombros.

Sonrió ampliamente.

—Me alegro escuchar eso. Pero ¿sabes?, por tu edad, supuse que lo harías. Te felicito.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora