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15 de Septiembre de 2025.

Jennie Kim

No debería estar aquí.

Soy consciente que tenía que mantenerme alejada de esta sala de hospital, de esta habitación y sobre todo de quién se encuentra en la cama frente a mi. No sé como lo hice, pero de algún modo pude colarme hasta llegar aquí, aún sabiendo que podía traerme graves problemas en el juicio si alguien llegará a enterarse....Mierda. ¿Que hago aquí?.

Paso una de mis manos por mi cabello y suelto un sonoro suspiro.

No debo estar aquí. Lo sé. Lo sé. ¡Lo sé!. 

Entonces...si lo sé...¿Por qué sigo aquí?.

Tal vez se deba al esfuerzo que tuve que hacer, no podía simplemente ver una habitación y marcharme después de casi dos horas y 5000 dolares gastados en sobornar a la recepcionista y algunas enfermeras.

Mi lucha mental se vio interrumpida por Lisa y su movimiento de cabeza a un lado al mismo tiempo que su entrecejo se frunce. Me pregunto si sentirá dolor en su estado actual. ¿Podrá escucharme?, dicen que las personas en estado de coma pueden escuchar si le hablan. ¿Debería hablarle?.

No.

No puedo hablarle. Porqué yo no debería estar aquí y ella no necesita saber que yo estuve aquí...que me preocupe por ella los últimos cinco días y que hice lo imposible para verla hoy y saber que al menos sigue respirando.

La enfermera me comentó hace unos minutos que despertará pronto, tal vez mañana. Su desmayo se debió al agotamiento y estrés. Me dijo que no debía ver las cosas del modo en que se mostraban, que en realidad Lisa dormirá plácidamente y recuperaba las fuerzas que necesitaba para seguir. Eso me tranquilizaba, ella estaba bien.

Me acerque hasta la cama y tome su mano que reposaba a un costado de su cuerpo. Ahora, se entrelazaba mucho mejor con la mía. Repase las facciones de su rostro, notando notables cambios desde la ultima vez que la vi tan cerca. Ya no era una niña, era una mujer, una hermosa mujer.

Me quede unos minutos observándola. Luchando contra mi propio impulso de tocar la piel de sus mejillas y contornear la forma de sus labios.

Entonces, un golpe de realidad atravesó mi mente y me separe de su lado tan rápido como pude, soltando su mano en el proceso. ¿Por qué?. ¿Por qué después de todo seguía latiendo mi corazón hacia ella de la forma en la que lo hace?. Tenia que salir de aquí,  debía hacerlo.

Di pasos apresurados hasta la puerta y la abrí para después salir por ella. Me quede estática unos segundos al toparme con su abogado, listó para entrar a la habitación. Su cara estaba desencajada de la impresión y sus ojos hervían en furia.

Genial, lo que me faltaba. Alguien debió tacharme de color rojo una cruz en la frente antes de nacer. Mi suerte era excepcional.

—¿Que mierda se supone que haces tú aquí?—dijo él, apretando sus dientes.

Lo miro por unos segundos antes de moverme a un lado y darle el paso para seguir. No podía hacer un escándalo en el hospital, era lo ultimo que estaba en mis planes. Intento volver a caminar pero su mano apresa mi brazo y me obliga a mantenerme en mi citio.

—Sueltame, idiota—le digo mirándolo con desafío.

Él sonríe de lado con una expresión cómica y dice:

—¿Me acabas de insultar?.

—No me hagas repetirlo.

—No tendrías las agallas de hacerlo.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora