𝟑𝟓

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Pov Lisa.

Desperté con los primeros rayos del sol. Me estiré sobre la cama con suavidad y me giré para observar a Jennie.

Jennie, quien dormía tranquila a mi lado. Se veía tan linda. ¿Quién iba a pensar que dentro de ese pequeño cuerpo hubiera alguien tan diabólica como ella?. El pensamiento no me causó una sensación desagradable como otras veces, más bien me dio igual.

Tragué en seco cuando se removió, quedando en la perfecta posición para que pudiera admirarla mejor .El corazón me latió deprisa y sentí un cosquilleo interno.

Oh, Lisa. ¿Qué está pasándote?.

Aleje los pensamientos de mi cabeza tan rápido como vinieron y salí de la cama. Aún estaba sorprendida de ser la primera en despertar. Aunque debía de admitir que hubiera preferido quedarme debajo de las sábanas por un par de horas más. Si tan solo mi padre no estuviera en el hospital me permitiera dormir todo el día.

Después de tomar una corta ducha vacile antes de salir del departamento. Tenía que buscar algunas cosas en mi antiguo hogar. Esperaba que Jennie aún estuviera dormida cuando regresara, quería hacerle el desayuno.

Thomas me saludó con una expresión de sorpresa mientras me aproximaba al ascensor, le respondí el gestó sonriendole cálidamente. Justo en el instante en que las puertas metálicas estaban por cerrarse, una mano las detuvo. La persona llevaba una sudadera negra que le cubría todo el rostro, haciéndome imposible saber si era hombre o mujer. Se colocó de espaldas y presionó el botón ocho.

Me inquietaba el hecho de que moviera unas de sus piernas de arriba abajo sin parar. Parecía una especie de tic nervioso. Cuando el ascensor comenzó el ascenso, la persona se volvió a mi y deslizó su capucha hacia atrás.

-Lisa, tienes que escucharme -Lia me tomó por los hombros-Estás en peligro.

. . .

Pov Jennie.

Al abrir mis ojos me encontré con una cama vacía y el aroma familiar de Lisa aún flotando en el aire. Dejé la cama para echar un vistazo al departamento. No había ningún rastro de ella, salvo por sus pertenencias revueltas, indicando que se había marchado.

Me alarmé de inmediato. Fui hasta la habitación nuevamente y tomé mi teléfono, tamborilee mis dedos sobre la pantalla hasta que apareció la ubicación de su teléfono.

-Maldición-quité la almohada con fuerza y descubrí su teléfono del otro lado-No-negué.

No pudo haberme dejado. No después de todo, no después de volver a encontrarla.

Tenía que ser...él, tenía que ser ese maldito. Estaba segura que Jaebeom estaba detrás de esto. Tal vez la había llamado, le había dicho algo...¡no lo sé! pero estaba segura que tenía que ver con él.

. . .

-Quiero ver a Jaebeom-le comunique al chico detrás del mostrador.

-JB no acepta reuniones sin antes anticipar una cita.

-Estoy segura que si le comunicas que he llegado me recibirá. Mi nombre es Jennie Kim.

-Disculpe señorita pero me temo que no puedo hacer eso.

Respiré profundamente. Llevé mi brazo al mostrador y empecé a crear un movimiento rítmico con mis dedos.

-Estoy teniendo un día bastante desagradable-murmuré, estudiando algún objeto cercano que me sirviera para lo que estaba apunto de hacer-No quieres meterte conmigo.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora