𝟎𝟓

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Era jueves por la mañana, el día estaba demasiado frió pese a que era finales de julio, pero no solo eso, si no que el aura que emanaba de la ciudad , se sentía sombría. Incluso al llegar a la escuela, habían pocos estudiantes y estos tenían expresiones ausentes, como si estuviesen ahí solo por estarlo.

 Al momento de pasar por la sala de profesores, note que estaban en una pequeña reunión, quise seguir mi camino y pasar desapercibida, pero una señal efusiva de Soobin hizo que me detuviera, maldije por lo bajo y entre a la habitación.

—Buenos días—dije en voz baja cerrando la puerta a mis espaldas.

No eran todos, solo estaban unos 9. Me dieron los buenos días correspondiendo a mi salido. Suho se hizo a un lado para que pudiera entrar en el semicírculo que creaban, se encontraban todos de pie, con expresiones tristes y preocupadas. Nadie decía nada, pero claro que sabia de lo que se trataba, sin embargo, necesitaba actuar como si nada.

—¿Que ocurre?—pregunte, mirando a cada uno.

—Ayer—empezó a decir el director Jiyong—Tres de nuestros estudiantes sufrieron un ataque horrible, fueron apuñalados sin piedad.

Hice una mueca de horror mezclada con asco. 

Estaba agradecida el haber asistido a cursos de actuación cuando tenia tan solo 14 años, sin razón alguna, solo lo hice porque estaba aburrida, pero más de una vez me había salvado.

Recuerdo bien la primera ocasión, fue cuando empuje con fuerza al hijo del amigo de mi padre mientras se mecía en el columpio de su patio, por no querer cedérmelo. Se rompió la nariz al caer sobre el pavimento, me acerque a él y escupí en su rostro mientras yacía en el suelo, creo que fue la primera persona que realmente odiaba, me caía tan mal. No espero ni un minuto y con las manos tapándose la herida corrió hacia la casa a contarles a todos, les dijo que yo era un monstruo dentro de un pequeño cuerpo. Escuchaba cada palabra desde afuera, así que tuve que hacerme una pequeña cortada en la rodilla, con una de las muchas ramas sobresalientes del árbol que adornaba su patio. También rompí un poco mi vestido y desordene mi cabello. En cuanto entre, rompí en llanto, les  dije que él había intentado abusar de mi, y me defendí tirándolo al suelo, no esperaba que se hiciera daño, no era mi intención. Su padre lo miro severamente, se quito la correa que cubría su cintura y comenzó azotarlo sin piedad por todo su cuerpo. Su esposa le decía que parara, que ya era suficiente, pero entonces abrió los botones de su camiseta quitándosela de golpe. Una y otra vez, dejo caer el cuero sobre su espalda. Fue allí cuando escuche por primera vez lo desgarrador que puede sonar un grito humano. Yo no paraba de sollozar, refugiándome en los brazos de mi madre, le dedicaba pequeñas sonrisas malvadas cuando sus ojos miraban en mi dirección. Al final, mis padres rompieron la amistad con su familia por ese pequeño acontecimiento.

—¿C-como?. ¿Quienes?—puse una mano en mi pecho.

—Baekhyun, Jongdae y Luhan—dijo esta vez Suho—Conozco a la madre de Luhan, fui a verlo anoche al hospital y de eso quería comentarles—trago en seco y volvió a hablar—El doctor dice que son muy bajas las posibilidades de que alguno sobreviva. 

—Pero me es imposible creer que nadie viera nada—dijo Nayeon moviendo sus manos—¿Entonces quedara así?, la persona que lo hizo esta afuera, mientras hablamos aquí.

—Eso es lo más extraño de todo—comento Soobin poniendo una mano en su mentón—nadie vio o escucho nada, fue en su propio vecindario y no hubo ningún testigo.

—¿Y ellos?—pregunte—¿Ellos no vieron nada?.

—Tengo entendido que cuando los encontraron Jondae dijo que había sido un hombre alto, musculoso y con pasamontañas. Luego se desmayo y no ha vuelto a despertar—dijo Suho mirando al vació.

𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 ❬ 𝐉𝐄𝐍𝐋𝐈𝐒𝐀 ❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora