|Capítulo 14|

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Solo necesitó un movimiento para dejarme descolocado

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Solo necesitó un movimiento para dejarme descolocado. Así de grande era su efecto en mí. Quería hablar conmigo y estaba seguro de que era algo relacionado con la propuesta que le había hecho.

Sentí miedo. Fuera lo que fuera aquello que me diría, definiría la relación entre nosotros para siempre. Porque si me rechazaba, esta vez no creía que tendría fuerzas para volver a intentarlo. Esos últimos dos años, mirándola desde las sombras, habían sido dolorosos. Si me decía que no, iba a aceptarlo de una vez por todas y me dispondría a superar el hecho de que había perdido a mi mejor amiga por mi egoísmo.

Su palabra era definitoria. Pasar la página o dejar todo en un último intento.

Algo dentro de mí me decía que esta vez sería diferente, que por fin tendría la oportunidad que había estado esperando. El brillo esperanzador en sus ojos al mirarme o la sonrisa tímida al tirar de su oreja eran buenos indicios.

Ese gesto era el de mi mejor amiga, no de la chica que no estaba dispuesta a perdonarme. Era la complicidad, que antes solíamos tener, personificada.

Vi cómo Olivia le susurraba algo en el oído a Luce, que la miró sorprendida. En dos segundos, su amiga se había metido entre los jugadores de hockey hasta llegar a Jake para decirle algo. La seguí con la vista.

Me alegraba que estuvieran juntos, a Jake se lo notaba menos miserable a su lado. Además de que siempre que estaba con ella jugaba mejor. Era como su amuleto de la suerte.

Observé cómo se miraban, casi como si nadie más estuviera alrededor, o al menos nadie que fuera importante. Envidiaba eso.

—¿Devon? —escuché la voz de Olivia y enseguida miré al frente.

—Olivia.

Su pelo estaba suelto, la brisa lo movía. Y tenía ganas de acariciarle la cabeza solo porque sabía cuánto le gustaba.

—Tengo algo que decirte, sentémonos juntos en el viaje.

No era una pregunta. Me lo estaba comunicando y yo no era quien para oponerme. No iba a necesitar decirlo dos veces.

 No iba a necesitar decirlo dos veces

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Sobre el hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora