|Capítulo 25|

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Supe que algo estaba mal con ella en el momento que entró a la pista

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Supe que algo estaba mal con ella en el momento que entró a la pista. No se sentía cómoda, ni se la veía con la misma confianza que tenía cada vez que patinaba.

Enseguida la culpa me persiguió. ¿Acaso estaba abrumada por lo que había sucedido?

Parecía que todos allí la reconocían por haber salido primera en la categoría individual porque, en cuanto se posicionaron para arrancar, cualquier murmullo cesó. Cada par de ojos estaba posado en ellos en el momento que la música comenzó a sonar.

Olivia se movía por el hielo y para cualquiera que la viera podía estar perfecta. Pero, después de haberla observado patinar tantas veces, yo sabía que esa vez había algo distinto. No era un experto en cuanto a patinaje artístico, pero desde pequeño memorizaba las rutinas que ella hacía. Amaba verla patinar.

Después de la secuencia de pasos, supe que estaba teniendo problemas para deslizarse en el hielo. Pensé en la posibilidad de que la organización no lo había pulido de forma correcta y la descarté en el segundo. A Marco no se le dificultaba patinar y era casi imposible que, en una competencia tan importante como las nacionales, la pista no estuviera bien pulida.

Había algo mal con sus patines.

Al darme cuenta de ello sentí una ola de ansiedad porque, si no estaba cómoda patinando, eso significaba un potencial accidente.

Miré a mi alrededor. Necesitaba decírselo a alguien, buscar ayuda. Jake estaba sentado junto a Luce, lejos de mí. A mi lado se encontraba Shane con el ceño fruncido observando a Olivia con cuidado.

—Shane —lo llamé, dejando que la desesperación tiñera mi voz—. Creo que hay un problema con sus patines.

—Sí, eso estaba pensando —murmuró—. Pero no puede ser, ayer patinó como si nada.

Llegó el primer lanzamiento y Olivia voló en el aire para luego ser atrapada por Marco. Al volver al hielo, hizo un movimiento extraño e inestable.

El instante en que me di cuenta se sintió tan trascendental como una anagnórisis.

Sus patines estaban estropeados, lo cual era imposible que sucediera de la noche a la mañana cuando el día anterior habían estado perfectos.

Alguien los había dañado a propósito.

—Sabotearon sus patines —afirmé lleno de cólera.

Shane volteó su vista a mí con preocupación.

—¿Qué hacemos?

Él siempre estaba ahí, en especial cuando sabía que era sobre algo o alguien importante para mí.

Estaba listo para ponernos en movimiento y avisarle a Sammy para evitar un accidente, pero mi vista no podía abandonar los cuerpos de Marco y Olivia deslizándose por el hielo.

Sobre el hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora