|Capítulo 40|

22.1K 1.4K 541
                                    


No había comido casi nada y tampoco tenía la intención de hacerlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No había comido casi nada y tampoco tenía la intención de hacerlo. Cuando le pedí a Olivia que se fuera, pensé que seguiría enojado, pero fue todo lo contrario. En cuanto cerré la puerta, me sentí miserable. Esa era la palabra.

Luego de verla en la recepción, creí que se me caía el mundo. La sentía igual de lejos que en la época en la que estuvimos apartados. Y me sentía una mierda porque pensaba que una parte de todo era mi culpa.

Yo había sido quién la había puesto en la situación de odiarme para que luego, en una apuesta, no tuviera en cuenta lo que significaba para mí nuestra relación. Yo había creado esa insignificancia hacia mí.

Pero luego me la imaginaba a Olivia apostando la última oportunidad que me había dado a cambio de unas palabras de Gideon y no podía entenderla. Me dolía.

Estaba acostado sobre la cama, pasándome la mano por la cara, cuando golpearon mi puerta.

No respondí, pero quienquiera que estuviera afuera insistió por un tiempo hasta que no tuve más remedio que ir a abrir.

—¿Shane?

La cara de mi amigo enojado me recibió.

—Ahora vas a sentar el culo en la cama y vas a explicarme bien qué está pasando —dijo.

—No es nada.

—No soy un idiota, ¿piensas que no puedo ver la cara de mierda que tienes? —el chico estaba furioso.

Dejé pasar al pelinegro, pero no se sentó conmigo en mi cama, se quedó parado.

—¿Por qué me hablas así? —hasta donde sabía, no había hecho nada malo.

—Entiendo que Blake cruzó un límite imperdonable, pero tuve que lidiar yo con el hecho de que le rompieras la nariz, imbécil.

—Lo haría de vuelta.

No tenía interés en discutir eso. Podría haber lesionado a Olivia de por vida con su estupidez. Un golpe en la cara era lo mínimo que se merecía.

Shane me sostuvo la mirada hasta que dejó salir un suspiro.

—¿Qué pasa? —preguntó más calmado.

—¿Viste lo que te conté en la final, sobre que Gideon me dijo algo de una apuesta con Olivia?

Él asintió.

—Era verdad.

Se quedó callado por un segundo.

—¿Discutieron? —me preguntó.

—Sí.

Shane se acercó a mí y se acostó boca arriba a mi lado. Concentré mi vista en el techo y en algunas líneas que lo atravesaban, sin llegar a ser rajaduras profundas.

Sobre el hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora