Rose colocó su taza de chocolate caliente en la mesa de la sala común de Slytherin y miró con curiosidad a Alice. Habían ido a acompañar a Scorpius a que se pusiera su uniforme para ir a las prácticas de Quidditch, pero se quedaron un rato en la sala común.
Estaban muy prontos a graduarse, y querían aprovechar el tiempo que les quedaba en Hogwarts al máximo, Aunque Rose tenía la sensación de que no importaría cuantos años pasaran, siempre recordaría la mancha de la pared de su cuarto, que no podía ser quitada con magia, ni tapada con algún cuadro. Ya no se preocupaba por taparla, sino más bien, intentaba comprender qué clase de hechizo había en esa pared, que hacía imposible quitarla, y al mismo tiempo la hacía tan especial para ella.
—¿Por qué me miras así?—preguntó Alice luego de unos segundos.
—Porque estas actuando así...
—¿Cómo estoy actuando?
—Como si no estuvieses aquí. Como si ya estuvieses en a Kilómetros lejos de nosotros.
Scorpius puso los ojos en blanco y Alice intentó no reír. No estaba actuando de esa manera, más bien intentaba pasar más tiempo junto a ellos estos últimos meses, (aunque a decir verdad no tenía otros amigos), porque sabía que los iba a echar muchísimo de menos cuando no estuviese allí. Le aterraba la idea de no lograr hacer amigos y quedarse en otro país sola.
—Alice está igual de perdida como siempre—dijo Scorpius, y ella se hizo la ofendida—.Aunque creo que tú le estas ganando.
—Rosie, creo que la que está actuando como si estuviese a miles de kilómetros eres tú—dijo Alice.
—¿Yo? No lo creo.
—Bien, entonces ninguna está actuando como si estuviese a miles de kilómetros.
Scorpius rodó los ojos.
—Todos estaremos a miles de kilómetros. Tal vez ni siquiera seamos amigos y quizás en unos meses ni nos acordemos de nuestros nombres, quién sabe...—dijo Scorpius, tapando su cara con ambas manos, en modo de frustración. Ya había aceptado el hecho de que Alice se iría y de que también Rose se iría, pero era insoportable tener que escuchar sobre eso a cada rato. ¿Por qué no podían disfrutar en paz los meses que les quedaban en el castillo?
Alice miró a Scorpius con seriedad y Rose volvió su vista hasta su taza de chocolate caliente, que probablemente ya no estaba tan caliente.
—Si...No creo que pueda conseguir a otro rubio odioso, como lo eres tú—dijo Alice, intentando aligerar el ambiente. Aunque sabía que su amigo estaba levemente molesto—¿No tienes entrenamiento hoy?
Su amigo asintió.
—Grandiosa forma de echarme de mi propia sala—dijo Scorpius, levantándose del sofá. Alice le sonrió desde donde estaba sentada, y el rodó los ojos. El entrenamiento sería en media hora, pero quizás Alex y Albus ya estuviesen en el campo.
—No te estoy echando.
—Oh, lo haces.
—Nosotras también nos vamos, así que no te estoy echando—dijo Alice. Scorpius frunció el ceño—No, no vamos a verlos. Sabes que eso solo lo puedo soportar cuando hay partidos. Nos vamos a nuestra sala. Aún no termino mi ensayo de pociones y Rosie me ayudará.
—¿El que mandaron hace dos semanas?
—Yup, ese mismo. He estado muy floja, pero he vuelto a la normalidad—dijo Alice, también levantándose y haciéndole una seña a Rose, quien tomó su taza, y siguió a Alice. Scorpius frunció el ceño y se dirigió hasta ella.
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Los secretos de la tercera generación
RandomUna cuenta de instagram sigue cada paso de los Weasley contra su voluntad. ¿Como reaccionarán al saber su identidad?