San Valentín

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Para Lucy, San Valentín nunca fue una fecha especial. La única ocasión dónde lo había celebrado, fue hace un año, junto a Theo, y no fue lo mejor del mundo que se diga.

Para esos momentos, ella ya estaba pensando en que lo mejor sería terminar las cosas con él, solo que no se atrevía a decirlo, así que su primer y último San Valentín, fue algo triste.

Días después de eso, rompió con Theo.

Cada vez que se ponía a pensar en lo mucho que habían cambiado las cosas en un año, no lo creía.

Nunca hubiese pensado que sufriría de bulimia, que se distanciaría de su hermana, que volvería a hablar con Theo, que se pelearía con Louis, y que tendría que disculparse con él.

Ahora era 14 de febrero de nuevo y aunque hasta hace unas horas no tenía planes, Louis le envío un mensaje para juntarse en la tarde a ver películas y comer.

Y aunque ella no tuviese muchos ánimos de todo lo que implicaba salir con Louis, lo haría, porque él siempre hacia cosas por ella.

Dejó sus apuntes en el cuarto, y bajó al comedor para el almuerzo. Hogwarts, como todos los años el 14 de febrero, era un alboroto. Los mismos estudiantes sacaban provecho de ese día, y se ponían a vender cualquier tipo de regalos, como pastel de chocolate, golosinas, e incluso hasta algunos vendían condones, y herramientas sexuales.

Por el techo del comedor flotaban muchos globos rosados y rojos, y todo en el ambiente le producía asco a Lucy.

No es que odiara San Valentín, pero tantos chocolates y muestras de amor, le subían el azúcar.

Se sentó en la mesa, junto a sus primos sin decir ninguna palabra. Rose estaba sentada al lado de Scorpius, y por la expresión de Rose, todo indicaba que estaba del malhumor.

Que raro. Ironizó Lucy.

Albus estaba solo, y Alice no se encontraba en la mesa. Lucy nunca había estado muy al pendiente de ellos, pero en las últimas semanas, mientras hacía sus rondas de prefecta, los había visto escabullirse un par de veces. Pero como la buena prima que era, no diría nada, ni haría comentarios. Sea lo que sea que hicieran, era su asunto. Aunque era obvio que no era nada serio.

Después estaba Fred, que charlaba con Dominique, y James, quién se limitaba a comer un gran plato.

Lily llegó un rato después con Hugo, Lyss y Lorcan.

—¿Y Kendall?—les preguntó Fred, frunciendo el ceño—pensé que estaría con ustedes.

Lorcan se encogió de hombros.

—No tengo ni idea—dijo Lorcan—hace rato que no la veo.

Lily miró mal a Lorcan, y el hizo un ademan de que no le importaba.

Con lo lento que podía llegar a ser Fred para captar las cosas, Lily estaba segura de que no había entendido la respuesta mal intencionada que había dicho Lorcan.

—Seguro está guardando sus apuntes—dijo Lily, y se sentó al lado de Lorcan.

La verdad es que las cosas entre Kendall y Lorcan seguían tensas, él estaba dolido porque ella se hubiese distanciado de él solo por Fred. Aunque Lily sabía que era decisión de Kendall con quién pasar su tiempo, y no creía que su primo fuese de esas parejas que impedían estar tiempo con sus amigos.

Tampoco es como si Kendall estuviese pasando mucho tiempo con ella, o con Hugo, o Lyss.

Lucy se sirvió pasta con mucha salsa, para celebrar el 14 de febrero como se debía. Comer cosas tan pesadas la seguía atormentando, pero es que no lo podía evitar, aunque quisiera.

Los secretos de la tercera generación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora