too late to say sorry

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~Es demasiado tarde para decir lo siento~

Lily siempre fue tachada como una niña mimada y manipuladora, por personas que ni siquiera la conocían

Fue acusada de hacer que sus hermanos terminaran sus relaciones, de ser una falsa y de manipular a sus amigos.

 Pero la realidad es que Lily está muy lejos de eso. Sus padres la criaron de la mejor mejor manera, y a pesar de ser tan consentida por sus hermanos, siempre tuvo los pies bien puestos en la tierra.

Ella sabe que es lo suficientemente inteligente y capaz de hacer todo lo que se proponga y que no necesita a ningún chico, pero a pesar de saber que no necesita a ningún chico para sentirse completa lo quiere a él, y a sus ojos azules, lo quiere a él y a sus millones de preguntas, lo quiere a él porque es el chico más dulce que ha conocido.

Lorcan siempre fue su amigo, al igual que su hermana Lysander, pero desde hace algunos unos meses las cosas habían comenzado a cambiar.

Después de seguir a Kendall y a Albus por un rato, se encontró finalmente con Lorcan.

Los dos se dirigían a la fiesta de Scorpius.  Cuando Lily se giró para decirle algo a Kendall, se dio cuenta que ninguno de los dos estaban y puso los ojos en blanco.

──Lo que faltaba.

Lily comenzó con su discurso de que Kendall saldría herida si seguía con Albus. Lorcan solo la miraba fijamente.

──Quita esa mirada Lorcan, me vas a comenzar a asustar──rio Lily, dándole un beso en la mejilla.

──Deberías relajarte──le aconsejó Lorcan──Kendall sabe que estas preocupada, y ya sabes cómo es ella. Que si le reprochas algo va y lo hace mil veces más.

Lily asintió, eso era verdad.

──Es solo que estoy preocupada──la pelirroja se tapó la cara con sus manos──y no tanto por Kendall, sino por Albus

──Lo sé, lo sé──el rubio abrazó a Lily──pero no ganarás nada presionándolo. Espera unas semanas y vas a hablar con él.

 ──Te quiero, Lorcan ──le susurró la pelirroja──en serio, gracias.

──¿Gracias…por qué?

Lily lo miró como si fuese evidente

──Por ser tú.

**

En la sala de menesteres se encontraban casi todas las personas cercanas a Scorpius, y como otras veinte que nunca había visto en su vida.

La comida y botellas de alcohol era lo que más abundaba, cortesía de Rose y Albus.

Scorpius se encontraba con Alice y Rose, y miraba como más y más personas entraban a la sala.

──Estas personas, si es que se les puede decir así, son unos interesados──dramatizó el rubio colocándose una mano en el pecho──no me han traído ni un regalo.

──Yo te regalo mi presencia──rio Alice.

La rubia mantenía su vista en las personas que bailaban como si su vida dependiera de ello, todo iba bien hasta que sus ojos miraron como Albus y Kendall bailaban en medio de la pista.

Él nunca bailo con ella. Nunca. Ni siquiera lo hizo sabiendo lo mucho que le gustaba bailar.

Siguió mirándolos hasta que se besaron, fue entonces que volvió a poner su atención a sus amigos.

Los secretos de la tercera generación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora