Los secretos de la tercera generación

charlas

¡El no me gusta!
O tal vez sí...

Cuando Scorpius tan solo era un niño fue juzgado por el pasado de su familia.

Le aterraba la idea de ir a Hogwarts cuando cumpliese los 11, porque sabía que lo atacarían, no pensó que haría amigos hasta que se tropezó con una pelirroja cuyos ojos azules brillaban.

La primera vez que habló con Rose ya sabía de su existencia. Sus padres le habían contado de su pasado, y de que podría encontrarse con los hijos de los héroes. Cuando tropezó con Rose, pensó que ella le gritaría y le diría que se largara a otro lugar, pero en cambio le sonrió y lo invitó a entrar a su vagón.

Desde el principio Rose le había mostrado amabilidad y bondad, sin importar que él fuese el hijo de uno de los que apoyó a Voldemort en su tiempo.

Scorpius nunca en su vida hubiese pensado ser como un hermano para los hijos de los héroes de la guerra mágica, pero ocurrió.

Podría asegurar que su padre no era la misma persona de la que la gente hablaba, y Scorpius creía que el amor lo había cambiado. El amor de su madre, y el que él le daba. Y a pesar de ser juzgado por muchos de los estudiantes de Hogwarts a Scorpius no le importaban sus comentarios crueles. Mientras sus amigos y familiares lo apoyaran todo estaría bien.

──Hey──llamó a Theo cuando lo vio sentado en la sala común──necesito que me digas que puedo pasar las vacaciones de navidad contigo.

Faltaba mucho para las vacaciones de navidad, pero hace unos días su madre le había mandado una carta diciéndole que su abuelo pasaría las vacaciones de navidad con ellos, y el odiaba a su abuelo.

──Hola, ¿Cómo estás? Yo bien, ¿y tú?──dijo Theo con ironía.

Scorpius lo miró mal.

──Es urgente, Theo.

──Creo que no pasaré vacaciones de navidad en casa. Dominique me ha pedido que me quede con ella──Theo le miró con preocupación y Scorpius se encogió de hombros──puedes quedarte con Vanessa.

Aveces Scorpius deseaba que su familia no hubiese sido tan problemática en el pasado, de esa manera tal vez pudiese disfrutar pasar con su abuelo, sin necesidad de que este estuviese juzgándolo por sus amistades, y según él, por ser tan débil.

──Quedarme con Vanessa será un completo fastidio, sabes lo obsesiva que se pone cuando quiere que alguien vea sus series favoritas──dijo Scorpius, poniendo los ojos en blanco.

Theo rio, era verdad. Pensó en su hermana, no le agradaba la idea de que estuviese intentando salir con su mejor amigo, esas cosas siempre salían mal.

──¿Por qué simplemente no te quedas en tú casa? ──preguntó──¿Te echaron de la casa?

──Ira mi abuelo, y sabes cómo se pone con el tema de que sea amigo de Albus y Rose──dijo Scorpius.

Su abuelo realmente odiaba a Albus y Rose.

 ──Bueno, quédate aquí──dijo Theo.

Scorpius le volvió a mirar mal, quedarse en el castillo para navidad debía de ser un fastidio. El amaba Hogwarts, pero las vacaciones eran para pasarlas en otro lugar, y con buena compañía, no con los fantasmas del castillo.

Se despidió de su primo a pesar de no haberle ayudado en lo más mínimo y se dirigió al comedor para almorzar, esa mañana no había ido a clases porque al imbécil de su mejor amigo se le había olvidado despertarlo.

──¿Dónde andabas, Scorpius?──Alice arqueó las cejas cuando vio a su amigo sentarse al frente de ella y Rose──No has ido a clases, y eso es muy raro.

──Me quede dormido──dijo Scorpius encogiéndose de hombros.

 ──Oh, te has perdido una buena clase──le dijo Rose, y el la miró mal. Sabía que se había perdido una buena clase, y prácticamente el odiaba perderse cualquier clases.

──Alice, dime que puedo quedarme contigo estas vacaciones de navidad──dijo ignorando el comentario de Rose.

Ese día no estaba de buen humor. El hecho de pensar que tendría que soportar a su abuelo todas las vacaciones si no encontraba un lugar donde quedarse lo estaba comenzando a cabrear.

──Sí puedes──aceptó──pero primero debes saber que Frank y sus amigos van a armar varias fiestas en mi casa.

Scorpius rodó los ojos.

──La vida me odia ──Scorpius protestó y observó a Alice mientras hacia un puchero. Después paseo su mirada hasta donde estaba Rose.

──En mi casa no puedes, si es lo que quieres preguntar ──Rose le mostro una falsa sonrisa.

¿Y ahora qué le pasaba a ella? Pensó Scorpius

──No te iba a preguntar eso ni siquiera ──bufó Scorpius──¿Puedo saber qué te pasa a ti hoy?

Si Rose quería ser odiosa con él, pues él también actuaría de esa forma.

──¿A mí? Nada ──dijo Rose, esta vez más calmada.

Alice paseaba su mirada de un lado a otro, ante la estúpida discusión de sus amigos.

──Entonces mi última opción es Albus──habló Scorpius luego de unos minutos──será un fastidio soportar a James, pero al menos sé que Ginny no lo dejará hacer ninguna fiesta en casa.

──Falta más de un mes para las vacaciones──Alice rio──relájate, Scorpius.

──¿Dónde está Albus? ──preguntó el rubio──no se me olvidará que no me despertó.

Rose rodó los ojos. ¿En serio Scorpius usaba a Albus como alarma? Pues si en realidad era así, le alegraba que no lo hubiese despertado. Además ¿Qué le pasaba a Scorpius ese día? Ya le había mirado mal más de cinco veces.

──No lo hemos visto hoy ──respondió la pelirroja ──si tanto te interesa, ve a buscarlo.

Scorpius arqueó las cejas y se quedó mirando a su amiga. La mayoría de las veces amaba hacer cabrear a Rose, pero ahora Rose era la que lo estaba haciendo cabrear a él.

──Creo que me iré a buscarlo, todo por irme de aquí──respondió antes de irse, dejando a una Alice riendo y a una Rose furiosa──nos vemos.

Alice miró como su amigo salía del comedor, después de haberse comido un plato entero. Estaba consciente de que había quedado con una Rose muy furiosa pero no podía guardarse lo divertido que le parecía la situación.

──¿Cuándo le dirás que te gusta?──le preguntó Alice.

──¡Que no me gusta!